Cambio climático

Es posible resolver el reto del cambio climático, según el Nobel Mario Molina

Publicado por: Redacción EFEverde 12 de octubre, 2013

El premio Nobel de Química, Mario Molina, destacó que sí es posible resolver el cambio climático, el problema “más urgente” al que se enfrenta la humanidad, pero para ello es necesario desterrar el mito de su inviabilidad económica y lograr que la ciencia sea más accesible al público en general.

En entrevista con Efe, Molina señaló que “hay evidencia muy clara e incontrovertible” sobre el riesgo que para el planeta representa el cambio climático, por lo que lamentó que se frenen medidas como las que se gestaron a raíz del Protocolo de Estocolmo.

El ingeniero químico mexicano recordó que la declaración surgida tras ese acuerdo internacional permitió reducir los peligros para la capa de ozono porvocados por los clorofluorocarburos, gases industriales cuyos efectos nocivos para el medio ambiente mereció que Molina y el doctor F. Sherwood Rowland redactaran un artículo que años después les valió el premio Nobel.

El científico señaló que la oposición “a toda costa” que reciben las propuestas gubernamentales en política medioambiental puede ser nefasta y en ese sentido propuso una coalición entre los sectores público y privado para generar conciencia sobre las oportunidades económicas de combatir el calentamiento global.

“Por la acción gubernamental tenemos convertidores catalíticos, sin los cuales el aire de Los Angeles estaría envenenado, y la regulación de alimentos”, indicó.

El académico, doctorado por la Universidad de Berkeley, pertenece desde el 2011 al equipo de asesoría científica del presidente Obama, de quien señaló que sabe la importancia que representa que Estados Unidos mantenga su posición de liderazgo para resolver los retos climáticos.

“La ciencia ha sido fundamental para el desarrollo de la civilización, los avances del último siglo han sigo espectaculares a pesar de que hay quienes en el mundo político no lo reconocen”, manifestó.

En el caso de Latinoamérica, estimó que la región debería apostar por las visiones a largo plazo y darle más importancia a la ciencia. Recordó que su país destina menos del 1 por ciento de su PBI a la investigación científica, “mientras que en países desarrollados esto es del dos, tres y hasta cuatro por ciento. Claramente, falta promover la ciencia en México para mejorar el nivel de vida de toda la población”.

El reto de su país, según indicó, implica no sólo preparar a más estudiantes con doctorados y crearles más opciones laborales, sino también educar a los niños bajo la idea de que en el futuro se deberán tomar decisiones sobre temas públicos en base a la ciencia y a la racionalidad.

“El Protocolo de Montreal muestra que estas decisiones son posibles. Los problemas de hoy son más complejos porque están basados en el consumo de combustibles fósiles. Desde el punto de vista de la economía es importante señalar que será costoso, pero menos que los costos que el cambio climático provocaría”, enfatizó.

El científico recordó que ya se han establecido soluciones creativas al cambio climático que de paso ayudan a combatir la pobreza e involucran la reducción de subsidios a las gasolinas y mayores impuestos a las emisiones de carbono a nivel internacional.

Molina, investigador de la Universidad de California en San Diego (UCSD), abogó por la educación global, ya que permite lograr una personalidad integral y un análisis de valores cuyas dimensiones son importantes para la solución de problemas sociales.

“La mentoría y las nuevas pedagogías de aprendizaje activo me interesan mucho por su forma de enfatizar la interacción personal, el trabajo en grupo y basarse en el cuestionamiento. El maestro estimula a los estudiantes y esto funciona no solo para niños sino también en la universidad”, señaló.

Graduado por la Universidad Autónoma de México (UNAM), y estudiante de un internado en Suiza durante sus años escolares, el ingeniero químico reconoce que hay una tradición intelectual en su familia, iniciada por su padre, Roberto Molina Pasque, quien fue el doctorado en leyes por esa universidad.

“La música también ha sido importante toda mi vida. Cuando era niño un músico amigo de mi padre le dijo que para destacar en el violín yo tendría que tocar al menos ocho horas al día. Lo dejé y lo lamento”, confesó.

Aún así, luego empezó a tocar la guitarra clásica. “Tocar en grupo, como cuartetos, es uno de los grandes placeres de la vida”, manifestó el profesor, quien se declara admirador de Shostakovich y Stravinsky, además del flamenco, los huapangos y la ópera barroca.

El investigador, presidente del Centro Mario Molina, en México, señaló que no obstante desde pequeño siempre tuvo claro que quería dedicarse a la ciencia.

“Me influyó mucho la hermana de mi papá, Esther Molina, que también era profesora en la UNAM, y quien me ayudó a construir un laboratorio en un baño de mi casa”, dijo. EFEverde

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Redacción EFEverde

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