Diversas organizaciones de defensa de los animales han solicitan a la Comisión Europea que se cumpla el reglamento que prohíbe experimentar productos cosméticos en animales y que se empleen métodos alternativos “que no implican crueldad y resultan más eficaces”.
Los firmantes de la petición recuerdan en una nota de prensa que en 2013 se aprobó el Reglamento de cosméticos de la Unión Europea que “puso fin a la rutinaria dependencia de utilizar animales” para estos productos y estableció “un precedente de referencia para la puesta en marcha de iniciativas similares en todo el mundo”.
Sin embargo, aseguran que transcurridos ocho años de aquella aprobación se ha evidenciado que “ciertos ingredientes” de la industria cosmética continúan siendo probados en animales, amparándose en la legislación sobre productos químicos industriales y en unas pruebas que la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) considera “inadmisibles”.
Avalados por 463 marcas cosméticas
Las organizaciones animalistas indican asimismo que en diciembre del año pasado, apoyados por 463 marcas de cosmética, se dirigieron por carta a la Comisión Europea pidiendo que garantizara la seguridad de los consumidores y de los trabajadores de estas empresas mediante métodos que no involucren a los animales y aseguraban que esa petición cuenta un “amplio apoyo” de la ciudadanía europea.
Para Carmen Méndez, presidenta de la ONG Asociación Defensa Derechos Animal (ADDA) y miembro de “Cruelty Free Europe” la prohibición de testar en animales los productos cosméticos significa que Europa “asumió un compromiso ético y de desarrollo tecnológico muy significativo” que, según reclama, “se debe mantener sin ceder a las presiones de la industria química”.
Además, los grupos animalistas advierten de que la próxima aprobación de la nueva Estrategia de Químicos para la Sostenibilidad de la Unión Europea, que forma parte del Pacto Verde Europeo, “podría poner en riesgo la vida de miles de animales” en el caso de que se vuelvan a exigir testar los ingredientes ya utilizados en cosméticos y en otros productos cotidianos. EFEverde