EFEverde.- La prórroga de la vida útil de las plantas atómicas españolas hasta los 60 años tiene hoy “más sentido” que antes de Fukushima, ha dicho a EFEverde el presidente de la patronal nuclear , Antonio Cornadó, con motivo del quinto aniversario del accidente.
La catástrofe nuclear de Fukushima, que tuvo lugar el 11 de marzo de 2011 por un seísmo de 9 grados y un tsunami posterior, ha sido la peor desde la de Chernóbil, Ucrania (1986).
En una entrevista con EFEverde, el presidente del Foro de la Industria Nuclear Española opina que “el esfuerzo” hecho por las empresas para elevar los márgenes de seguridad tras Fukushima hace que “con más razón” o “más sentido que antes” se pueda apostar por la operación a largo plazo de las plantas (60 años) -hasta la fecha la práctica han sido 40 años-, una petición insistente del sector.
“Podemos apostar o tenemos mejores argumentos para presentar la operación a largo plazo como una opción válida y acertada para la estrategia energética de los próximos años”, subraya Cornadó.

Los operadores han aplicado hasta la fecha más del 80 % de las medidas y acciones recogidas en el Plan de Acción Nacional aprobado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tras el accidente en Japón y tienen hasta el próximo año 2017 para cumplirlo.
Dos cuestiones pendientes
No obstante, hay dos cuestiones principales aún pendientes: la instalación de los recombinadores pasivos (componentes para evitar una deflagación por acumulación de hidrógeno en el edificio del reactor -como ocurrió en Fukushima-) y los sistemas de venteo, según el último informe de junio de 2015 del organismo regulador europeo (ENSREG).
Fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear han señalado que los recombinadores tienen que estar instalados antes de acabar este año y ya lo tienen Ascó (Tarragona), Trillo (Guadalajara) y Cofrentes (Valencia) -en España operan 7 reactores, además de Garoña en parada desde 2012-.
Almaraz I (Cáceres) cuenta desde la última recarga con 22 recombinadores dispuestos en distintas elevaciones del edificio de contención, y en Almaraz II está previsto instalarlos en la próxima recarga, a finales de año.
De hecho Trillo, explican fuentes del Foro Nuclear, fue la primera central española en contar con estos equipos en el año 2002.
El sistema de venteo, cuyo calendario de implantación acaba en 2017, es la medida más compleja desde el punto de vista técnico y se colocará aprovechando las paradas programadas de las centrales.
Su misión es minimizar, en caso de necesidad, la liberación de elementos radiactivos al exterior durante un accidente severo, de modo que se garantice la integridad de los sistemas de contención y se mantenga el confinamiento de los materiales radiactivos durante y después del suceso.
Sobre la actuación del organismo regulador japonés (la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial), que disolvió el Gobierno nipón un año después de Fukushima y sustituyó por uno nuevo para asegurar su independencia-, Cornadó afirma que el homólogo español (CSN) es “un órgano técnico independiente” que solo rinde cuentas al Parlamento.

Garoña
Y opina que “todo tiene sus cauces y trámites” al aludir a la reciente solicitud de los grupos parlamentarios -salvo el PP- para que el organismo regulador paralice la evaluación en curso para renovar la licencia de explotación de Garoña hasta la constitución de un nuevo Gobierno.
“Hay un asunto que hay que tener en cuenta: aunque el Gobierno esté en funciones”, el CSN “no lo está y sería una catástrofe que estuviera al albur de las circunstancias políticas; justamente por esa independencia el CSN no puede estar en funciones”, subraya.
Añade que con independencia de la situación política del país, el interés del sector que representa es que la aportación de la energía nuclear siga siendo “significativa” -en torno al 20 % de la producción eléctrica-.
“El mayor servicio que podemos dar al país es la estabilidad, dar garantía de suministro, dar certidumbre” en cualquier coyuntura y, “en ese sentido, tenemos la convicción de que el funcionamiento de las centrales a largo plazo es una decisión acertada y adecuada y que le viene muy bien al conjunto del país”.
Sobre el cierre escalonado de las centrales -propuesta que llevan en sus programas, entre otros, el PSOE, Ciudadanos y Podemos-, Cornadó afirma que estas formaciones también quieren un Pacto de Energía en el que le gustaría que no hubiera “apriorismos y se contara con todas las tecnologías disponibles, sin prejuicios”. EFEverde

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