La Fundación Maquipucuna de Ecuador “busca hermanarse” con la Fundación Oso de Asturias (FOA) para compartir programas que fomenten la conservación del oso andino, una especie endemica y en peligro de extinción de la zona noroccidental de Quito, la capital ecuatoriana.
Así lo ha explicado la presidenta ejecutiva de la Fundación Maquipucuna, Rebeca Justicia de Ontaneda, en entrevista con EFEverde a su paso por España, tras recibir el Premio “To Do” 2018 en la la Feria ITB de Berlín, líder en turismo a nivel mundial.
Premio “To Do” 2018
El Premio “To Do 2018 Socially Responsible Tourism Award“, auspiciado por “el Instituto alemán de Turismo y Desarrollo y financiado por el Gobierno alemán y fundaciones suizas”, ha sido concedido por la labor desarrollada a lo largo de más de treinta años por la Fundación Maquipucuna en la “conservación, preservación y desarrollo de un ecoturismo responsable en Ecuador”, ha dicho Rebeca de Ontaneda.
La Fundación Maquipucuna, la primera ONG naturista en el país, tiene una reserva natural que está ubicada en el noroccidente de Quito, en la parroquia de Nanegal, entre Calacalí, Nanegalito y el río Guallabamba hacia el norte, con una riquísima biodiversidad.
Luchar contra la deforestación
La Fundación nació en 1985, de la mano de Rebeca y su marido Rodrigo Ontaneda (director de la Fundación), tras un viaje por Ecuador junto a su amigo Gustavo Morejón, cuando decidieron “luchar contra la deforestación en amplias zonas del país”.
Además, “nos inspiró de forma positiva la labor de preservación que había logrado un inmigrante de Europa oriental en cien hectáreas, en una zona en el occidente ecuatoriano”.
“Nos planteamos que si una persona podía proteger cien hectáreas y cada ecuatoriano protegía un espacio, no serían necesarios grandes proyectos de conservación”, ha manifestado Rebaca de Ontaneda, genetista y con un doctorado en Ecología.
Inicialmente se comprometieron con “cien hectáreas, que se han ido convirtiendo en las actuales seis mil”, pero con la colaboración en proyectos comunitarios que la Fundación Maquipucuna apoya en la zona conocida como el Chocó Andino y en el resto del país, llegan a las 287.000 hectáreas.
Todo ello lo han logrado gracias a los apoyos y financiación del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación MacArthur, el US Fish and WildLife Service, y la Fundación Butler (las tres de Estados Unidos), y un sin número de organizaciones, porque “nuestro trabajo se ha extendido a todo el Ecuador”.
Además, han desarrollado programas con organizaciones de cooperación británica, suiza y holandesa, así como con diversos centros universitarios.
Protección de los osos
Sus proyectos están enfocados en la “búsqueda de salidas económicas sostenibles para luchar contra la deforestación y la degradación de la naturaleza” a manos del hombre.
Proyectos que abarcan la conservación de la biodiversidad de la Reserva Maquipucuna, con su programa icónico que es la preservación del oso andino, una especie de la que han avistado en sus espacios unos cuarenta ejemplares, aunque llegan a sesenta en todo el corredor ecológico donde se mueven.
Pero el objetivo es lograr un estudio más profundo de la especie, que les permita tener más vigilancia sobre los ejemplares que llegan a la reserva en búsqueda de los llamados “aguacatillos”, una especie silvestre del aguacate de los que se alimentan los osos.
Para ello han puesto en marcha estudios de cenología (el desarrollo y crecimiento) de las plantas de aguacatillo, lo que permitirá saber las fechas en las que los osos se acercan a la reserva, porque viven esparcidos en el bosque, y cuando hay frutos, se congregan en las zonas donde encuentran alimento fácil y rápido.
La idea de cooperación y colaboración con Asturias, es para poder “constituir un consorcio para el intercambio de conocimientos de las experiencias y proyectos que se han desarrollado en esta región del norte de España”.
“Nos interesa un intercambio de ideas, conocer sobre el desarrollo de infraestructuras, el calendario de los osos, los diferentes sitios de interpretación ambiental. Nosotros aportamos una importante involucración por parte de los jóvenes en nuestros proyectos, entre otros aspectos”.
“Nos interesa especialmente las investigaciones sobre el oso pardo y cómo potenciar las del oso andino, crear una hermandad entre las dos regiones que protegen osos”.
La población del oso andino “está disminuyendo, aunque en nuestra zona está aumentando porque hemos hecho trabajos de conservación y concienciación con la población local”, pero aún hay problemas “por la presencia de especuladores de tierra que ponen en riesgo a la especie”.
Ecoturismo
“Para nosotros el ecoturismo es uno de los mecanismos de trabajo sostenible que permite la supervivencia de nuestros proyectos”, ha asegurado Ontaneda.
Por ello, la Fundación trabaja apoyando el desarrollo comunitario, enfocándose en fomentar el ecoturismo las comunidades locales.
En la Reserva Maquipucuna se realizan paseos para el avistamiento de fauna, como una amplia variedad de aves, entre los que destacan los coloridos colibríes, ranas, mariposas e insectos, así como el oso andino; y de flora, que incluye gran variedad de orquídeas.
La región del Chocó andino de Ecuador (se extiende hasta Colombia) tiene “una combinación de bosque de lluvia tropical en las zonas bajas, bosque nublado en las altas e incluso páramo, lo que le permite tener una biodiversidad muy rica y diversa con un alto porcentaje de endemismo (solo de la región)”, ha asegurado la Presidenta de la Fundación.
El primer contacto con Asturias lo conocieron gracias a la labor del médico, naturista y fotógrafo asturiano José María Fernández Díaz-Formentí, quien “fomenta las relaciones entre España y los países latinoamericanos”.
“Díaz-Formentí nos visitó en Maquipucua, donde pudo constatar personalmente nuestro trabajo consevacionista y proteccionista de la biodiversidad y, concretamente, la del oso andino”.
Declaración de Reserva de la Biósfera
Además, “le informamos de que estamos a la espera de la declaración, por parte de la Unesco, como Reserva de Biósfera la zona del Chocó andino de la provincia de Pichincha”, donde se encuentran sus proyectos, lo que facilitaría las labores de protección.
Una protección más importante aún tras “la puesta en marcha por parte del Gobierno ecuatoriano de una política extractivista que está poniendo en peligro muchos espacios naturales”, ha aseverado la presidenta de la Fundación Maquipucuna.
Uno de los núcleos más importantes de la Reserva del Chocó Andino incluye precisamente el espacio de la Reserva Maquipucuna y el corredor ecológico del oso andino que está a su alrededor y ha sido reconocido por el Gobierno del Distrito Metropolitano de Quito (equivalente a un gobierno autonómico en España).
Hermanamiento con la Fundación Oso de Asturias
Es así cómo nació la idea de iniciar un posible hermanamiento con la Fundación Oso de Asturias, situación que intentarán ampliarla con otras instituciones y universidades asturianas para fomentar el intercambio a nivel de la “conservación, preservación, educación y desarrollo de un ecoturismo responsable”, según Ontaneda.
En Ecuador “hay muchas organizaciones que están trabajando para la preservación de la biodiversidad, formamos parte de la Red Ecuatoriana para la Preservación de los Bosques, somos los más antiguos de la región, pero hay muchas organizaciones que comparten los mismos objetivos”, ha concluido. EFEverde