El Gobierno de Grecia ha ordenado que los procedimientos para obtener ayudas por los incendios de la pasada semana -cuyo balance de víctimas mortales asciende a 92- sean lo más sencillo posible y que las compensaciones comiencen a pagarse a partir de mañana.
La última víctima fue encontrada en el mar por las autoridades portuarias y un grupo de submarinistas.
El portavoz del Gobierno, Dimitris Tzanakopulos, explicó además hoy en rueda de prensa que se establecerá un comité especial para elaborar una propuesta integrada para la mejora y desarrollo de la Protección Civil.
“La responsabilidad política práctica se muestra apoyando a las víctimas, restaurando los daños, tomando medidas para evitar estos desastres en el futuro”, dijo Tzanakopulos.
El Gobierno no tiene ni intención ni tiempo para dedicarse a la batalla política sobre las víctimas
Por otro lado se refirió a las críticas que la gestión de esta crisis está recibiendo por parte de la oposición y dijo que el Gobierno no tiene “ni la intención ni el tiempo para dedicarse a la batalla política sobre las víctimas, especialmente en un momento de crisis”.
Además agradeció a todas aquellas personas comunes que sin dedicarse profesionalmente al rescate se acercaron a la zona el pasado lunes y consiguieron salvar la vida de unas mil personas.
Por su parte el ministro de Defensa, Panos Kammenos, reiteró hoy el rechazo del Gobierno a la controversia.
“Hay servicios, procedimientos y planes donde se puede consultar en todo momento lo que hicimos y cómo lo hicimos y, si es necesario, atribuir culpas”, dijo en rueda de prensa.
Por otro lado, según avanzan las tareas de identificación se puede determinar el número exacto de cuerpos encontrados, pues algunos habían sido trasladados al depósito de cadáveres completamente carbonizados o pegados unos a otros.
Hasta ahora se han podido identificar 59 cuerpos.
El servicio de bomberos ha informado hoy de que oficialmente hay 25 personas desaparecidas.
De los más de 180 heridos ingresados hace una semana, continúan hospitalizadas 43 personas, entre ellas un niño. Efeverde