La lluvia que ha comenzado a caer sobre Asturias tras varias semanas sin precipitaciones y con altas temperaturas ha permitido desactivar hoy el Plan de Incendios del Principado que se puso en marcha el miércoles de la semana pasada ante la proliferación de fuegos en numerosos puntos de la región.
No obstante, según ha informado el Servicio de Emergencias (SEPA), esta tarde aún se contabilizan seis incendios forestales en cuatro municipios, todos ellos controlados excepto el localizado en Vigaña (Belmonte de Miranda), que permanece activo.
Aunque el Gobierno regional no ha hecho todavía una estimación de la superficie calcinada, al menos cuatro de los incendios, en concreto los registrados en Grandas de Salime, dos de los registrados en Allande y el que se produjo en Ibias y que amenazó la Reserva Biológica de Muniellos, superaron las 500 hectáreas.
En relación con esta oleada de incendios el coronel jefe de la Guardia Civil en Asturias, Javier Almiñana, ha pedido “prudencia” a la hora de analizar las causas a la espera de cerrar la investigación aunque ha admitido que en más del 90 % de los casos “han sido provocados por la mano del hombre”.
Almiñana ha apuntado además como una de las posibles causas la reciente modificación de la Ley de Montes asturiana que ha permitido eliminar los acotamientos en vigor hasta el pasado mes de marzo para para impedir que el ganado paste en las superficies quemadas.
Dicho cambio legislativo, impulsado por el PP y al que sólo se opuso Podemos en el Parlamento asturiano, fue también apuntado como posible causa de la proliferación de fuegos por varias organizaciones ecologistas aunque el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, ha pedido “prudencia” para analizar las causas.
En cuanto a la posibilidad de que esta circunstancia influyera en la oleada de incendios, Martínez ha recordado que también en comunidades como limítrofes como Galicia, Cantabria o Castilla y León se han registrado situaciones similares y que algunas de las áreas quemadas en Asturias no tienen interés ganadero. Efeverde