¿Afectan las temperaturas del cambio climático a la concentración de dióxido de carbono en los humedales?, es la pregunta que científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pretenden despejar gracias a una instalación abierta que simula estas altas densidades de CO2.
Esta instalación, la primera en el mundo situada en un humedal, está ubicada en el Parque Nacional Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y es capaz de alcanzar una concentración en la atmósfera de 550 miligramos por litro de este gas, una cantidad cercana a la que se espera para 2050 y cien veces superior a la actual.
“Estos montajes se han probado en bosques y cultivos agrícolas pero ésta es la primera vez que se hace en este tipo de ecosistema”, ha señalado el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC y responsable de la instalación, Salvador Sánchez-Carrillo.
Además, a diferencia de lo que ocurre en los sistemas cerrados, los “Free-air CO2 enrichment” simulan condiciones ambientales más próximas a la realidad, ya que los experimentos están expuestos a todas las variables que puedan darse en la naturaleza.
En estas condiciones “la puesta en marcha del experimento no resultó fácil”, ha recordado la investigadora del Real Jardín Botánico del CSIC, Ana Meco, sobre este espacio que funciona a base de válvulas, sensores y reguladores controlados por ordenador.
Gracias a un algoritmo industrial que tiene en cuenta entre otras variables la velocidad y dirección del viento así como las mediciones previas de CO2 -a razón de más de ochenta veces por minuto-, el ordenador determina la cantidad de gas que hay que inyectar en estas parcelas de 3’5 metros de diámetro y desde dónde.
A partir de los datos recogidos se miden y cuantifican los cambios producidos en la biomasa, así como las variaciones en la actividad de los microorganismos del suelo y en los residuos vegetales.
Así, la relación de los resultados con el aumento de la temperatura “permitirá diseñas de estrategias de gestión ambiental para la conservación de los humedales frente al cambio global”.
Sin resultados por falta de financiación
“Gran parte del valor de este tipo de investigaciones reside en la observación a largo plazo pero el proyecto ha dejado de tener financiación y solo hemos podido obtener datos durante 2012 y 2013” ha lamentado Sañvador, quien advierte además que “si la situación no cambia y no logramos esa continuidad, habrá que empezar de nuevo“.
“Es desolador invertir tanto dinero y esfuerzo en un experimento único como este y ver que no se puede continuar por falta de combustible… ahora mismo la parte más costosa del proyecto, el mecanismo, está montado y acabamos de comprobar que funciona pero nos falta la ‘gasolina’, el CO2” ha concluido el investigador.
En este sentido ha coincidido Meco, quien advierte de que “solo conociendo los efectos del dióxido de carbono pueden desarrollarse las medidas necesarias para que nuestros humedales tengan un futuro a pesar del cambio global que ya se está dejando notar”. EFE

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