En Europa se reutiliza solo el 10 % de cartuchos de impresoras, cuando se podría llegar a un 60-80 %, para reducir la generación de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) que “crecen el triple que la población mundial”, explica a EFE el presidente de la asociación europea Etira, Javier Matínez Zavala.
Martínez Zavala es presidente de la European Toner and Inkjet Remanufacturers’ Association (Etira) y trabaja conjuntamente con la Comisión Europea en el fortalecimiento de la regulación de la economía circular de los RAEE, con el objetivo de lograr “la reparación de los componentes, la reutilización y, finalmente, -como última opción- el reciclaje”.
Incremento de residuos tóxicos
Porque “los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos crecen el triple que la población mundial y representa el 70 % de la toxicidad de todo el residuo, con “sustancias altamente explosivas”, y plazos de descomposición larguísimos”, subraya.
Según un estudio del Foro Económico Mundial, cada año se producen “aproximadamente 50 millones de toneladas de RAEE (e-waste)” que son “equivalentes” al peso de todos los aviones comerciales jamás construídos, y solo se recicla el 20 %” a nivel global.
De acuerdo a esos datos, si no se adoptan medidas, la cantidad de RAEE se duplicará “con creces” en 2050, cuando se podrán alcanzar “los 120 millones de toneladas”.
El presidente de Etira subraya que “no hay conciencia” del problema que esto supondrá en unos años, y, de seguir a este ritmo de consumo, “en 2040 el sector tendrá un impacto y emitirá más emisiones que todo el sector del transporte”.

Estos residuos “pasan desapercibidos, pero día a día estamos deshaciéndonos de ellos” -apunta-, y, además, en la vorágine consumista “hacer aparatos que duren es una desventaja”.
Derecho a reparar

Es responsabilidad del consumidor, sostiene, pero aclara Martínez Zavala, que es también miembro de la iniciativa Right to repair (Derecho a reparar), que quien compra un producto debe tener el derecho a repararlo.
Asegura que “este mandato de la Comisión tiene mucha más determinación” con la presentación del Pacto Verde Europeo a finales de 2019, el Plan de Economía Circular en marzo de 2020 y el Plan de Ecodiseño y etiquetaje electrónico este año que se convierte en “reglamento de ecodiseño” y con el que se pretende iniciar un “cambio en los patrones de consumo y uso”.
Estos planes contienen medidas “horizontales que regularán todos los productos y verticales para sectores como el textil o la construcción” y en relación a los RAEE “hay muchas medidas horizontales, pero sobre todo regulación para el sector de la telefonía móvil y para las impresoras y los consumibles”.
“Entramos en un nuevo orden”, donde el objetivo será fabricar las cosas para que “duren y sean fácilmente reutilizables con su mismo fin y función”, asegura sobre la nueva regulación de la economía circular y la obsolecescencia programada, que además contempla que no tengan sustancias peligrosas, y ser fabricados con materiales reciclados y fácilmente reciclables.
Creación de puestos de trabajo

Porque, además, en este proceso de economía circular de los diferentes elementos de aparatos eléctricos y electrónicos se pueden “crear miles de empleos locales”, sostiene, por lo que “tenemos que acelerar el tiempo de cambio”.
En el ámbito de impresoras y cartuchos de tóner, Martínez Zavala, explica que el objetivo es lograr productos certificados en el mercado europeo, que respondan a los niveles de calidad exigidos en las directivas europeas y evitar la comercialización de “productos clonados tóxicos que vienen del mercado chino”.
Actualmente, subraya, el mercado de las impresoras y cartuchos generan “nueve veces más residuos que la telefonía móvil”.
En ese sentido, explica que el “índice de reparación de impresoras domésticas es cero actualmente y los aparatos con cinco horas de uso real van a la basura, porque los fabricantes querían que las impresoras por debajo de los 300 euros no fueran reparables, cuando el índice de reparación podría ser del 85 %”.
En cuanto a las impresoras de oficina, el presidente de Etira y colaborador habitual de la Comisión Europea en aspectos de la impresión y la gestión de impresoras, asegura que “existe despilfarro en el sector del printing (impresión)” y explica que en un estudio realizado en una empresa, de los “cien dispositivos evaluados, solo ocho necesitaban cambiar”, no obstante, las marcas “sugieren” el cambio de aparatos.
Potencial circular
Las impresoras y los cartuchos tienen un “potencial circular”, la vida de un cartucho es infinita y su reutilización puede suponer un ahorro de entre un 60 y un 70 % para el usuario”, porque en realidad, lo único que habría que cambiar es el “absorbente residual de tinta que limpia el cabezal en el aparato”.
Según un documento de Naciones Unidas, sostiene el presidente de Etira, al comprar productos remanufacturados del sector de la impresión se reducen entre 79-99 % de emisiones de dióxido de carbono (CO2), entre el 80-98 % la utilización de recursos naturales, entre un 40-65 % la reducción de costes y se logra la creación de 200 nuevos puestos de trabajo por cada 1.000 toneladas de residuos.
Martínez Zavala ha colaborado con el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico en un proyecto sobre obsolescencia programada que cubría las impresoras. EFEverde
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