La Autoridad de Protección Ambiental australiana ha rechazado el programa de captura y matanza de tiburones de más de tres metros que se probó en el estado de Australia Occidental para proteger a los bañistas, informan hoy los medios locales.
El presidente de la entidad reguladora, Paul Vogel, indicó que después de examinar toda la información y pruebas recabadas no está claro su impacto medioambiental, según la cadena ABC.
“Hay una alto de grado de incertidumbre científica sobre el impacto que tiene en la población de tiburones blancos del suroeste (…) En vista de estas incógnitas, la EPA (sigla en inglés de Autoridad de Protección Medioambiental) ha adoptado una actitud de cautela al recomendar en contra de la propuesta”, explicó Vogel.
El programa, adoptado tras un aumento en las muertes de bañistas por ataques de escualos en la última década, se probó durante 13 semanas, periodo en el que se capturaron 172 tiburones, ninguno el gran blanco, y de aquellos se sacrificaron 50 de más de tres metros, de la especie “galeocerdo cuvier”.
Concluido el plazo de prueba, el proyecto que ha costado 1,2 millones de dólares (912.000 euros) tenía que pasar una evaluación ambiental integral.
Vogel señaló que ellos solo pueden juzgar el impacto medioambiental, pero que corresponde a los políticos tomar la decisión final y pueden, al hacerlo, tener otros asuntos en consideración.
Cientos de científicos de todo el mundo han instado al Gobierno de Australia Occidental a eliminar este polémico programa.
Uno de ellos, el biólogo marino estadounidense Elliot Norse, indicó que matar a los escualos, como el tiburón tigre, “es una idea terrible” (Galeocerdo cuvier).
“Los grandes depredadores son realmente importantes para el ecosistema y cuando se les mata se descubre generalmente que esto acarrea malas consecuencias”, advirtió Norse.
Una persona murió esta semana en la costa oriental de Australia tras ser atacado por un tiburón mientras practicaba surf. EFE
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