La presencia de pesticidas y otros factores de estrés en el Río Júcar amenaza su biodiversidad y puede afectar al metabolismo de los peces, según afirma un estudio desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València y la Universitat de València.
"Los pesticidas de mayor concentración son el piriproxifen y el procloraz,-asociados con distintos tratamientos en los cultivos agrícolas-, imazalil y clorfenvinfós", dijo Francisco Martínez, del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras de la UPV y miembro del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF) y de la Sociedad Ibérica de Ictiología (SIBIC).
"Las concentraciones de pesticidas detectadas no representan un peligro inmediato para los peces, pero no se puede descartar que algunos estén afectando ya a su metabolismo y comportamiento, y por lo tanto a su crecimiento y reproducción", añade Martínez Capel.
Para su investigación, el equipo de trabajo de la UPV y la UV analizó cinco puntos concretos del curso fluvial del Júcar: en Huelamo (cabecera), Cuenca ciudad, el Paraje de Cuasiermas, Jalance y un punto específico bajo el azud de Antella.
Los expertos tomaron muestras de agua y capturaron peces de distintas especies mediante pesca científica en cada uno de estos lugares.
A partir de las conclusiones del estudio, los científicos advierten de la necesidad de nuevas investigaciones para proteger a los ecosistemas acuáticos y a las personas.
"Las administraciones competentes deberían dar prioridad al control de ciertos pesticidas ampliamente presentes en la cuenca hidrográfica y realizar además un seguimiento más continuo de la calidad y composición de las aguas, así como de los caudales ecológicos", ha advertido Martínez Capel.
Para el investigador de la UPV, otra de las medidas urgentes que hay que tomar es la conservación y expansión de los bosques de ribera, ya que actúan como un filtro que reducen la cantidad de pesticidas que llegan al agua tanto por el aire como por las aguas subterráneas.
