La capital de México refuerza la capacidad para medir la contaminación atmosférica gracias a la instalación de un vanguardista equipo que permite medir con mayor precisión los contaminantes que quedan en el aire de los cuales hay cinco en el mundo.
Gracias a esta tecnología se podrá identificar la hasta ahora desconocida 59 % de la composición de las partículas finas (PM2,5), con la esperanza de reducir así los niveles de concentración, anunció la secretaria de Medio Ambiente de la capital, Tanya Müller.
Medición de partículas en suspensión
Las PM2,5 son partículas en suspensión de menos de 2,5 micras y que son emitidas por diferentes fuentes.
“Con base a este conocimiento que se va a generar aquí, se podrán diseñar, implementar y mejorar los programas y políticas públicas que contribuyan a reducir su emisión y formación”, aseguró Müller.
El equipo adquirido -quinto en el mundo y el primero en América Latina- surge del convenio que firmado entre la Secretaría de Medioambiente (Sedema) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyos expertos serán los encargados de realizar los estudios pertinentes.
Asimismo, la titular indicó que, en la capital, los niveles emitidos de PM2,5 son menores a los registrados en ciudades como Monterrey, Toluca, Salamanca, León o Irapuato, entre otras.
Aun así, insistió en que “reducir los niveles actuales de concentración de partículas PM2,5” es algo prioritario.
En esta línea, el jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva, sostuvo que “conocer la composición de estas partículas PM2,5 y su concentración permite identificar de dónde se están emitiendo” y qué labores deben realizarse para reducir esa emisión.
El equipo adquirido costó a la administración 5 millones de pesos (262.167 dólares), según el gobernante.
Trabajo conjunto con la Universidad Autónoma de México
La información que recaben a partir de ahora los científicos será compartida por la Sedema, el Gobierno de Ciudad de México y la UNAM.
Para finalizar, el rector de la casa de estudios, Enrique Graue, se mostró confiado en la labor que se llevará a cabo en el Centro de Estudios de la Atmósfera a raíz del convenio firmado.
Además, expresó que la firma de este acuerdo no hace más que reafirmar la estrecha relación entre el gobierno y la UNAM, los cuales llevan colaborando desde los años 80 en materia ambiental con el fin de velar por la salud ambiental y la salud humana.
En junio pasado, Ciudad de México activó la fase uno de contingencia ambiental por ozono por primera vez este año debido a las condiciones desfavorables para su dispersión, informó la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came).
La primera fase de contingencia supone evitar la circulación diaria de unos 1,5 millones de automóviles, equivalentes al 30 % del parque vehicular de la zona metropolitana de la capital mexicana.
En el programa de control de vehículos participaron también los Estados de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, que junto con la Ciudad de México integran la Came.
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