Las palomas han tomado las ciudades desde que se ha ordenado el confinamiento por la pandemia del coronavirus y se pasean, quizá buscando migas o restos de comida, por plazas, calles o playas, desde Italia a Puerto Rico, desde Madrid a Buenos Aires, como han recogido los fotógrafos de la Agencia EFE.
Como si de un espectáculo de magia se tratara, las palomas y las tórtolas, que tienen la peculiaridad de ser muy tolerantes a las personas, han decidido aprovechar las ventajas del nuevo entorno y se pasean y sobrevuelan en bandadas nuestras calles, ahora sin presencia humana.
Estas aves, con gran capacidad reproductiva y perfectamente adaptadas al entorno urbano, causan graves daños por corrosión con sus deposiciones en los patrimonios artístico y arquitectónico de las ciudades, así como transmiten enfermedades respiratorias al ser humano.
Por todo ello, muchos municipios de todo el mundo tratan de luchar contra la superpoblación de las palomas y han comenzado a poner en práctica medidas de estabilización o reducción de las colonias con anticonceptivos.









EFEverde
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