El pastoreo excesivo causado por las tortugas verdes está amenazando las praderas de plantas marinas y podría generar “desiertos” submarinos, según un artículo publicado en la revista Nature Ecology & Evolution en el que se propone la revisión de los modelos de conservación y gestión de las mismas.
Según ha informado la Universidad de Barcelona (UB) en un comunicado, “la voracidad con que actúan las grandes agregaciones de tortuga verde -una especie eminentemente herbívora y de distribución global en aguas tropicales y subtropicales- obligaría a plantear una revisión de los modelos de conservación y gestión actuales de las praderas de plantas marinas para evitar un proceso de ‘sobrepastoreo’ progresivo”.
El trabajo está liderado por las investigadoras Majolin Christian, de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), y Marieke van Katwijk, de la Universidad de Radboud (Países Bajos), y también participan Jordi Pagès, de la Universidad de Barcelona (UB) y Teresa Alcoverro, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC (CEAB-CSIC).
Los investigadores han expresado que hay que evitar un “sobrepastoreo excesivo que provoque la desaparición de las praderas marinas ya que el proceso de recuperación y restauración de los hábitats de las plantas marinas es, en general, muy poco exitoso”.
“Si se llega a este extremo, la pérdida de los servicios que proporcionan las plantas marinas es irreparable”, ha alertado Jordi Pagès, investigador Marie Sklodowska-Curie en la Sección de Ecología del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB y participante en el artículo.
Extremadamente vulnerables
Asimismo, la investigadora Marieke van Katwijk ha detallado que “las praderas marinas cambian debido al pastoreo, pero si el pastoreo continúa demasiado tiempo, los prados de hierbas marinas se vuelven extremadamente vulnerables e incluso una tormenta muy pequeña podría eliminarlos”.
El artículo argumenta que las grandes praderas marinas previas al Antropoceno habrían sido muy pastoreadas por los grandes herbívoros marinos como las tortugas verdes, por lo que estos hábitats se parecerían más una “sabana” que a un “bosque submarino“.
El trabajo también hace hincapié en el concepto erróneo de considerar los bosques como sistemas “vírgenes” y las sabanas como sistemas “degradados”.
“Esta particularidad no es negativa en sí misma pero sí implicaría ciertos costes ambientales en forma de pérdida de servicios ecosistémicos”, ha detallado el investigador Jordi Pagès.
Así, un bosque marino formado por praderas densas y ondulantes llenas de fanerógamas de hojas largas no sería más natural que un paisaje de zonas con vegetación densa intercalada con manchas pastoreadas por las tortugas marinas. EFEverde