El marcaje de los aparejos utilizados en la pesca, elaborados esencialmente con plástico, facilitará su rastreo y evitará su abandono en el mar, reduciendo así la basura a la deriva en los océanos, apuntó hoy la FAO.
El director de Políticas de pesca y acuicultura de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Manuel Barange, aseveró a Efe que se necesitan normas para que quienes utilizan los aparejos de pesca “noten la obligación, no solamente moral, sino también legal, de traer las redes al puerto en vez de dejarlas en alta mar”.
Con ese objetivo, los países acordaron este viernes en Roma un borrador de directrices voluntarias sobre el marcado de las artes de pesca, que deberán aprobarse de manera definitiva el próximo julio en el Comité de Pesca de la FAO.
800.000 toneladas de residuos plásticos procedentes de la pesca
La agencia recordó en un comunicado que hasta una décima parte de los ocho millones de toneladas de residuos plásticos que cada año acaban en el mar proceden del sector pesquero.
Los aparejos pesqueros como las redes de pesca pasan a formar parte de esa basura cuando se abandonan, pierden o descartan en el mar, lo que causa efectos nocivos sobre el medio ambiente, las poblaciones de peces y la seguridad de la navegación.
Los peces, por ejemplo, pueden quedar atrapados en las redes y cuando estas se descomponen en el océano en forma de microplásticos afectan también a numerosos organismos marinos, dañando tanto a la fauna como a las personas en caso de llegar a su cadena alimentaria.
Actualmente los gobiernos buscan desarrollar sistemas efectivos para marcar estos instrumentos con vistas a rastrearlos hasta su propietario original, algo que -según Barange– es “técnicamente más complicado de lo que parece”.
Para ello, explicó, hace falta definir los tipos de artes de pesca empleados en pesca y acuicultura, o determinar en qué circunstancias esos dispositivos han sido abandonados voluntariamente.
Algunos de ellos se suelen perder de manera accidental, en tormentas o accidentes, mientras que en otras ocasiones son los barcos dedicados a la pesca ilegal los que se deshacen de ellos para no ser detectados en los controles.
Marcar los aparejos de pesca favorece el cumplimiento de la ley
“El no tener las redes marcadas favorece la posibilidad de una ilegalidad porque, si están marcadas, en la inspección se reconoce quién las ha tirado”, indicó el especialista, al tiempo que remarcó el objetivo de combatir la contaminación marina.
Barange destacó el compromiso manifestado por los países para que las pesquerías de pequeña escala con menores infraestructuras y tecnologías reciban ayudas globales para adaptarse a las futuras normas. “Eso va a llevar su tiempo”, añadió.
En muchos países pobres todavía los puertos no cuentan con instalaciones para deshacerse de los aparejos y, si las tienen, suele ocurrir que los pequeños pescadores no se pueden permitir su uso.
Además, innovaciones como las boyas satélite o los receptores GPS en los dispositivos de control de peces facilitan la detección de los instrumentos perdidos, pero a veces resulta demasiado costoso eliminarlos, por lo que la FAO insta a tener siempre en cuenta las condiciones y necesidades locales al abordar la cuestión. EFEverde