EFEverde.- El desmonte de un predio en Cancún, estado mexicano de Quintana Roo, provocó la protesta de medio centenar de personas que trataron de impedir el avance de la maquinaria, al considerar que no se tomaron las medidas adecuadas para proteger especies de flora y fauna.
“Se puede llegar a acuerdos, pero no hacerlo de esta forma. Están sepultando a todas las especies que había en ese terreno. Hay una serie de condicionantes que se tienen que cumplir para el desmonte y no se están cumpliendo”, consideró Antonella Vázquez, una de los manifestantes.
De acuerdo con datos proporcionados por el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), el Proyecto Tajamar consta de 69 hectáreas destinadas a proyectos residenciales, comerciales y de recreación. En la zona se construirá también una nueva catedral.
Entre los proyectos autorizados para la zona está el de la empresa italiana Bi&Di, que tras un juicio por fraude logró que Fonatur le permutara un predio en Tajamar, en lugar del que compró originalmente en Playa Delfines, mejor conocida como El Mirador de Cancún.
La empresa compró originalmente el predio de Playa Delfines con la intención de construir varias torres residenciales, pero manifestaciones por parte de la población y grupos civiles impidieron que el Cabildo diera la autorización correspondiente.
La zona de Tajamar se encuentra en la ribera de la laguna Nichupté y ya cuenta con un malecón recreativo.
Ecosistema protegido desde 2007
Aunque gran parte de los terrenos tienen manglares y diversas especies protegidas, los permisos otorgados por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales fueron emitidos en 2005, antes del decreto promulgado en 2007 por el entonces presidente Felipe Calderón para proteger estos ecosistemas.
Debido a que esos permisos vencen en febrero de 2016, los inversionistas han acelerado los procesos de desmonte y construcción de sus proyectos a fin de evitar que sean cancelados. De perder los permisos, los desarrolladores deberán hacer nuevos trámites y sujetarse a la legislación vigente en este momento.
Recientemente, Héctor Martín González Barraza, titular de Fonatur, dio a conocer que se iniciaron ante el municipio Benito Juárez los trámites para donar a la Comisión Federal de Electricidad un predio para la construcción de una subestación eléctrica que dote de energía a los nuevos desarrollos de la zona.
La protesta de hoy obedece en gran parte a los métodos utilizados para “limpiar el terreno”, ya que a decir de los manifestantes no se realizó el rescate de los animales que se encontraban en el lugar y de las plantas que están protegidas por la Ley General de Vida Silvestre.
“Yo no vengo representando a la biología marina ni a la universidad para la que trabajo; vengo como ciudadana porque estoy preocupada por lo que estoy viendo, por la destrucción descomunal que se está llevando a cabo”, señaló la maestra en biología marina Vivian Solís.
De acuerdo con la académica, los manifestantes piden a las autoridades “que detengan este ecocidio, porque el manglar tiene una función vital; es criadero de animales que luego consumimos, de peces, de camarón, pero también tiene una función de crear suelo, de proteger la vida marina y de protegernos de huracanes”.
“Si terminamos con el manglar quedamos expuestos a un montón de cosas que no quisiéramos vivir”, advirtió.
Asimismo, señaló que la industria turística ya ha destruido mucho manglar en la Riviera Maya.
“No podemos seguirle, la industria hotelera florecerá si hay un ambiente estético y sano. Estamos viendo lo que sucede con el sargazo, que no tiene que ver nada con el manglar pero sí con el calentamiento climático y tiene que ver con la destrucción de los ecosistemas”, agregó, en alusión a la invasión de sargazo de las semanas recientes en playas de Quintana Roo, en el Caribe mexicano. EFEverde