Sea Shepherd Global filmó a dos super arrastreros con sus enormes redes desplegadas abriéndose paso a través de un mega grupo de más de cien rorcuales comunes mientras se alimentaban de krill frente a las Islas Orcadas del Sur, en la Antártida.
“Los dos super arrastreros no hicieron ningún esfuerzo por cambiar de rumbo. Incluso parecía como si se dirigieran deliberadamente hacia el grupo de ballenas, sabiendo que donde hay ballenas, debe haber krill”, dijo el capitán Peter Hammarstedt a bordo del buque más nuevo de Sea Shepherd Global, Allankay.
Otros dos superpesqueros recogieron inmediatamente sus redes y huyeron del lugar cuando llegó Allankay.
Las imágenes fueron captadas el primer día de la llegada de Sea Shepherd Global al Océano Antártico para una nueva campaña: La Operación Defensa Antártica.
Se trata de una misión para hacer frente a la mayor amenaza ecológica para el ecosistema antártico mediante el seguimiento de la actividad pesquera de una creciente flota de arrastreros que tiene como objetivo las poblaciones vitales de krill, detallan en un comunicado
El krill, un pequeño crustáceo parecido a la gamba que constituye la base de todo el ecosistema antártico, es la principal fuente de alimento de las ballenas jorobadas y los pingüinos, y la mayor parte de la vida marina depende directamente del krill como fuente de alimento o está a sólo un paso de él.
Con el declive internacional de la caza de ballenas la pesca de kril ha ocupado su lugar, con 12-14 arrastreros industriales que no se dirigen directamente a las ballenas, sino a las especies clave de las que dependen para sobrevivir.
“Estamos asistiendo a un fuerte descenso de los embarazos de ballenas jorobadas, a una disminución de la masa corporal de los lobos marinos y a una caída en picado de las poblaciones de pingüinos barbijo. Las tres especies dependen del krill como fuente primaria de alimento. Todo ello mientras el cambio climático ha reducido tanto la cantidad como la duración del hielo marino que el krill necesita para sobrevivir”, afirma Hammarstedt.

Recientemente la revista Ecology publicó un estudio de la Universidad de Stanford que revelaba que cuatro grandes pesqueros arrastraban a un supergrupo de más de 1.000 rorcuales comunes en busca de krill.
El estudio concluía que este tipo de competencia entre pescadores de krill y ballenas no hará sino aumentar en el futuro. Las recientes imágenes de las islas Orcadas del Sur demuestran que este episodio de pesca no fue un incidente aislado.
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