Sortear las presas construidas para alimentar las centrales hidroeléctricas supone todo un reto para los salmones, cuyo ciclo vital se desarrolla entre el río y el mar y cuya supervivencia está en juego por la existencia de este tipo de infraestructuras, muchas de ellas hoy en desuso.
Conocer cómo afecta a esta especie la existencia de presas y azudes en los ríos forma parte del proyecto cofinanciado con fondos europeos Life Kantauribai, que para llevar a cabo este análisis usará tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés).
Esta tecnología es la misma que usan los veterinarios para identificar a perros o gatos, o las cadenas de ropa, como Zara, para controlar en todo momento la localización de una prenda.
El objetivo último, estimar la mortalidad de los esguines de salmón en las centrales hidroeléctricas durante su migración hacia el mar, han explicado a EFE desde Scimabio Interface, socio del proyecto.
Durante la fase de esguín, el salmón cambia su fisiología para adaptarse al agua salada del mar, donde permanecerá hasta alcanzar su madurez sexual para posteriormente volver a reproducirse al río, generalmente al mismo del que procede, y completar su ciclo vital.
Ejemplares marcados
El primer paso de los trabajos ha consistido en instalar antenas RFID en cinco canales de abastecimiento de agua -tres en el Bidasoa y dos en el Urumea- para poder identificar y cuantificar el número de salmones que migran a través de ellos, han apuntado desde Scimabio Interface, que desarrollará los modelos de estimación de mortalidad en colaboración con INRAE.
Para captar datos, en noviembre y durante todo el invierno, liberarán salmones marcados con etiquetas PIT (similares a las que se utilizan en perros y gatos) y las antenas ayudarán a determinar si cruzaron o no los canales.
Life Kantauribai persigue demostrar los beneficios de renaturalizar los ríos con actuaciones en cinco cuencas del Golfo de Vizcaya: Oria y Urumea, entre Navarra y Guipúzcoa; Nive y Nivelle, entre Aquitania (Francia) y Navarra, y Bidasoa, compartida por las tres.
La restauración fluvial consistirá, principalmente, en recuperar la continuidad longitudinal de los ríos mediante la eliminación de 25 presas o azudes en desuso y la construcción de pasos para peces en otros siete que no se pueden demoler. EFEVerde
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