El seguimiento a las importaciones ilegales de gases hidrofluorocarbonos (HFC) a partir de denuncias notificadas en toda Europa revela que al menos 3.000 toneladas ingresaron ilegalmente en la Unión Europea en 2019, pese a las medidas adoptadas para su restricción.
Según un comunicado facilitado por el Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC), ésta es la principal conclusión de la investigación promovida por esta institución mediante la consultora Kroll, cuya labor confirma “la entrada ilegal de grandes cantidades de estos gases” en territorio comunitario, “al margen de las cuotas de importaciones establecidas por la UE a través de la regulación F-Gas”.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]Las 3.000 toneladas producirían 4,7 millones de toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones generadas por 3,5 millones de vehículos nuevos durante un año. [/box]El seguimiento, que incluye 228 denuncias de actividades ilegítimas entre marzo y diciembre de 2019 de las cuales 14 proceden de España, ha permitido identificar cientos de envíos de gases HFC, en su mayoría procedentes de China, según los datos de Kroll.
La mayoría de las denuncias están vinculadas con los gases HFC R-134a, R-404A y R-410A, utilizados en sistemas de refrigeración de domicilios, supermercados, aires acondicionados o transportes, así como con cilindros ilegales no recargables, prohibidos en Europa, que suelen venderse a través de plataformas de comercio electrónico.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]A partir de estas denuncias, la consultora interpuso 444 demandas durante el año pasado para eliminar páginas web que ofertaban estos productos. [/box]
La investigación ha determinado que los HFC son introducidos ilícitamente en la UE justificando que están de paso hacia otros destinos o bien abusando directamente de las cuotas por parte de titulares y nuevos operadores “debido a que el importador no dispone de cuota suficiente para cubrir sus importaciones”.
Otras prácticas usuales en este comercio irregular incluyen “el contrabando abierto de mercancías declaradas en aduanas en las que el importador no tiene cuota y la comercialización de productos falsificados y prohibidos”.
Sin embargo, Kroll cree que esto es sólo “la punta del iceberg del comercio ilegal en Europa” y considera que cuanto más se investigue, más aumentarán las cifras.
Esta actividad fraudulenta “obstaculiza el cumplimiento de los objetivos climáticos de la UE” pero además permite financiar “otras actividades ilegales” y reduce los impuestos nacionales “destinados a alternativas legales”, añade el comunicado. EFEverde