Mar Morales.- EFEverde .- Abrir el grifo para obtener agua con la que lavarse las manos y eliminar así el coronavirus figura entre los gestos más repetidos en la actual crisis sanitaria que, ante la desescalada, afronta nuevos desafíos como el incremento de vertidos químicos y toallitas y la amenaza de un acceso vulnerable o el despilfarro, según expertos consultados por EFEverde.
Aunque la calidad del líquido elemento que discurre por las tuberías urbanas en España es en general bastante buena, durante la reclusión forzada y también las sucesivas fases de desescalada está lidiando con retos como el incremento de vertidos procedentes de “una amplia gama de productos de consumo”, ha explicado a esta redacción la portavoz del Colegio Profesional de Ambiéntologos de la Comunidad de Madrid, Cristina Heras.
El problema del agua “es que es un bien natural, pero no se suele percibir como tal” ya que, a su juicio, en general “no existe conciencia del esfuerzo e impacto que implica abrir el grifo y tener agua segura” que además es “de buena calidad, se obtiene en el momento y carece de límite de cantidad”, a excepción de situaciones como las restricciones en épocas extremas de sequía.
Consecuencias de las toallitas
Además de los vertidos químicos, las toallitas suponen una amenaza creciente ya que producen atascos que “han aumentado durante el confinamiento” y que pueden formar “madejas de hasta un par de toneladas de peso”, con consecuencias directas en “la contaminación de los ríos y el daño en redes de saneamiento y depuración”, ha añadido el portavoz de Ecologistas en Acción Santiago Martín.
Para Martín, “parte de culpa la tienen las empresas, al calificar como biodegradable un material que tarda hasta seis meses en disolverse”, pero no exime de responsabilidad a la propia sociedad por “tirar las toallitas al inodoro” en lugar de depositar estos residuos en el lugar adecuado.
Otro riesgo es el de “la vulnerabilidad de algunos colectivos que podrían llegar a perder el acceso al agua”, de acuerdo con la advertencia del gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), Luis Sabino.
Uso esencial del agua
Sabino ha recordado a EFEverde que “el agua es vida” en este momento más que nunca ya que “si nos privan de ella, no podemos hacer frente a esta pandemia, porque hay que lavarse las manos o utilizarla con lejía para desinfectar el suelo” regularmente.
[box type=”shadow” ]Así, su papel desde el punto de vista higiénico “empieza desde que entras en casa” y durante el tiempo de reclusión impuesto por el estado de alarma “no ha faltado, porque el abastecimiento se ha mantenido” sin grandes problemas. [/box]Sin embargo, ese mismo “confinamiento también está suponiendo una merma o directamente una ausencia de ingresos especialmente dramática para las personas con menos recursos” y ello podría plantear problemas futuros de acceso al recurso, motivo por el cual las medidas sociales “son más necesarias que nunca” y los operadores públicos “gestionamos la pandemia bajo el cumplimiento del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento”.
Crisis climática
Además de la dimensión sanitaria y la social, la actual crisis “tiene también una de carácter ambiental” debido a las amenazas de la crisis climática y a los trastornos que a su juicio ha generado la actividad humana al “alterar el ciclo del agua y los ecosistemas que mantienen el equilibrio en el planeta”.
Todos los expertos consultados coinciden además en el hecho de que el agua del grifo “cumple con todas las sanitarias” y en la necesidad de hacer un uso responsable de este recurso natural, con el fin de evitar su despilfarro o una utilización inadecuada. EFEverde
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