Un gorrión bebe agua. EFE Ralf Haid

HUELLA AGUA

Y tú, ¿conoces la huella del agua?

Publicado por: Marina Segura Ramos 22 de septiembre, 2014 Madrid

La primera norma mundial sobre la Huella de Agua (ISO 14046), en la que han trabajado durante cinco años expertos de veinte países, no se limita a medir el consumo de agua sino también los impactos ambientales derivados de la fabricación de un producto durante su ciclo de vida, en su concepto más amplio.

Al contrario de la conocida huella de carbono, la del agua aún es de incipiente aplicación en España y se centra en cuantificar el volumen de agua gastada dentro de la propia instalación industrial u organización, no fuera de ellas.

No es un asunto baladí si se tiene en cuenta que más del 95 % de la huella de agua de unos pantalones vaqueros se encuentra en la fase de obtención de la fibra y más del 90% para la producción de un refresco a base de azúcar se halla en su cadena de suministro.

Más ejemplos: la huella hídrica de un kilo de carne se eleva a 10.400 litros, la mayor parte correspondiente al alimento que comen los animales; producir un kilo de sandía implica un gasto de 235 litros y para un litro de vino se necesitan 870 litros de agua. según datos de la Red de la Huella de Agua (WaterFootprint Network).

Este concepto fue introducido en 2002 por el holandés Arjen Hoekstra de la Universidad de Twente, que la definió como el volumen total de agua dulce utilizado por las personas, compañías o países para producir y consumir o utilizar productos y servicios.

La ISO 14046 (International Standarization Organization) entró en vigor a finales de julio en todo el mundo y se prevé que en las próximas semanas se incorpore como norma nacional, de modo que el documento estará disponible en español en el primer semestre de 2015, ha explicado a EFE José Luis Valdés, experto de AENOR que ha participado en su elaboración.

Estas herramientas voluntarias son modelos o patrones a seguir. Entre las más conocidas están las referentes a las medidas de papel (DIN-A4, DIN-A3...)y las que sirven para magnitudes del sistema internacional de unidades o signos matemáticos.

Son, además, muy útiles para evitar la dispersión de metodologías, ha indicado a EFE Maite Aldaya, consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, y que también ha participado en la redacción del mencionado texto.

Hasta el momento, las organizaciones o empresas se ocupaban sobre todo de controlar "la cantidad de agua usada dentro de la fábrica, pero con la nueva norma esto cambia ya que incorpora toda la cadena de suministro fuera de la fábrica", añade la experta.

Según Aldaya y Valdés, se incluyen las emisiones a la atmósfera y suelo que afectan a la calidad del agua dulce y no todas las emisiones a la atmósfera y suelo están incluidas.

El agua de mar, salvo casos justificados, se excluye del cálculo porque no se considera un bien escaso.

La nueva herramienta ayuda a realizar estudios de gestión de riesgos asociados con el uso estratégico del agua y, al final, reducir consumos, impactos y conflictos derivados del uso del agua.

Tanto Aldaya como Valdés coinciden en que muchas son las oportunidades de mejorar las actuaciones de sostenibilidad a lo largo de las cadenas de suministro, tanto para el sector público como privado.

La ISO 14046 -verificable por una tercera parte independiente- permite certificar un solo producto, un grupo de productos o la organización en su totalidad, añade Valdés.

Por otro lado, el director general de la consultora Sust4in, Marcio Viegas, opina que la mencionada ISO es una herramienta "flexible y bastante completa".

Tan importante es saber el volumen de agua que se gasta como los impactos ambientales, valora Viegas, cuya empresa acaba de organizar en Madrid una conferencia internacional sobre este asunto. EFE

msr

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