Por Frédéric Simon y Fernando Heller (versión española).- Un borrador de compromiso acordado entre la Comisión Europea y el gobierno alemán por el grado de apoyo futuro que tendrán las energías renovables en Europa es objeto de agria disputa en el seno del Ejecutivo de Bruselas, donde expertos juristas de la Dirección General de Competencia lo han puesto bajo la lupa, y con ello han abierto una “rebelión” interna, según revela hoy en exclusiva el portal europeo EurActiv.com, socio de EuroEFE/EFEverde.
El acuerdo preliminar entre la comisaria de Competencia de los 28 socios del bloque, Margrethe Vestager, y el vice-canciller alemán, Sigmar Gabriel, permite a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) un mayor margen de maniobra para apoyar -y subvencionar- las energías renovables después de 2020, aunque con determinadas condiciones.
Negociado inicialmente entre Gabriel y Verstager, el acuerdo de compromiso fue sancionado por Maroš Šefčovič, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la Unión de la Energía, y por Miguel Arias Cañete, comisario europeo de Energía y Acción por el Clima, según informaron fuentes de la UE a EurActiv.
El resquicio de las excepciones del artículo 4 sobre ayudas a las renovables
El artículo 4 del borrador de directiva de energía renovable estipula que los Estados miembros “pueden aplicar” esquemas de ayuda a proyectos de energía renovable, en el marco de procedimientos de licitación “abiertos, transparentes y no-discriminatorios” y “sin prejuicio a las normas de ayudas estatales”.

No obstante, se pueden aplicar excepciones para “estructuras y proyectos de prueba a pequeña escala, tal como está definido en las normas de ayudas de Estado aplicables”, según se asegura en el texto del borrador de directiva al que tuvo acceso EurActiv en Bruselas.
La UE tiene varios proyectos ambiciosos en relación con la protección del cambio climático, y, además, tiene que cumplir con los objetivos definidos en el Acuerdo del Clima de París. Pero el camino parece estar plagado de obstáculos.
En especial, desde que la filtración de documentos de la Comisión Europea ha puesto en evidencia que la energía renovable no figurará entre las prioridades máximas de Bruselas, según informaciones de EurActiv-Alemania.
Claudes Turmes, un experimentado eurodiputado luxemburgués de los Verdes y quien sigue muy de cerca la política energética del Parlamento Europeo, aseguró al portal europeo que el compromiso entre Gabriel y Verstager tenía por objeto acabar con varios años de “guerrillas” entre la Dirección General de Competencia de Bruselas y el gobierno germano sobre la aprobación de sistemas de ayudas y subvenciones para parques eólicos rurales y otros proyectos de energías renovables.
Ataques al texto de compromiso
No obstante, funcionarios en la DG Competencia, con respaldo del servicio legal de la Comisión Europea, han atacado duramente el texto de compromiso amparándose en consideraciones legales y políticas. Argumentan que el texto permite excesivo margen de maniobra para que los Estados miembros de la UE financien los proyectos que les interesan especialmente.
Aseguran que el borrador de pre-acuerdo mina la capacidad de Bruselas para aprobar o rechazar determinados proyectos en base a las normas europeas sobre ayudas de Estado.
“La DG COMP está preocupada por algunos pasajes del Artículo 4 del borrador de directiva, que contiene disposiciones sobre mecanismos de ayuda” para las renovables, según un documento interno de Bruselas al que ha tenido acceso EurActiv.
Los tratados de la UE otorgan a la Comisión “competencia exclusiva para determinar si las ayudas de Estado deben o no ser consideradas compatibles con el mercado interior de la UE, reza el texto.
Esas disposiciones “deberían, por ello, ser eliminadas”, se asegura en una nota interna, firmada por Céline Gauer, directora en la DG Competencia de Bruselas.
Una revisión de la Directiva de Energía Renovable
Esta disputa en el seno de la Comisión se produce en un momento en el cual el brazo ejecutivo de Bruselas está dando los últimos retoques a una revisión a fondo de la Directiva de Energía Renovable, la cual se prevé que esté lista para el próximo día 30 de este mes, en el marco de un “macro paquete” de normas energéticas que presentará el ejecutivo comunitario.
La nueva directiva abordará, entre otros puntos, cómo se materializará el apoyo de la UE a las energías renovables en los próximos años, al tiempo que Europa se enfrenta a una competencia cada vez más fuerte de China y de Estados Unidos en el sector de la renovables.
“Vestager comprendió que la DG Competencia no puede seguir ignorando a los Estados miembros en cuestión de política energética sin consultar al Parlamento Europeo”, aseguró Turmes, en relación con las estrictas normas de la UE en materia de ayudas de Estado en el procedimiento de validación de proyectos de energía renovable.
En ese sentido, Turmes aseguró que Vestager ha exhibido capacidad política al aceptar romper la férrea camisa de fuerza de las ayudas de Estado, pero ahora se enfrenta a una rebelión de algunos funcionarios enfadados, que creen que está renunciando a competencias clave de la UE en este proceso.
La “rebelión” de los funcionarios de la DG Competencia
“Gabriel no se está divirtiendo” con el hecho de que el compromiso político se haya cuestionado en el seno de la Comisión, aseguró Turnes, al tiempo que añadió que el gobierno alemán está preparando una respuesta al documento interno de la DG Competencia.
No obstante, Turmes no se mostró nada optimista sobre la determinación de la Comisión Europea de contrarrestar ese movimiento de descontento interno. “Creo que la Comisión no está preparada para contrarrestar este ataque. Se suponía que Šefčovič iba a asumir un papel preponderante en esto pero hasta la fecha ha sido muy débil. Debería ponerse firme”, aseguró.
De manera más general, la aparente disposición de Vestager de suavizar las normas de la UE en materia de ayudas de Estado para las renovables puede considerarse una forma de contrarrestar y equilibrar la aprobación de la Comisión de los así llamados “mecanismos de capacidad”, los cuales han permitido a los Estados miembros subvencionar proyectos de carbón, gas o energía nuclear por razones de seguridad del suministro.
“En términos políticos, Bruselas siempre es retratada como el ‘chico malo’, por bloquear un determinado proyecto en un Estado miembro, en base a alguna decisión por principio”, aseguró Georg Zachmann, un experto del “think tank” especializado en asuntos económicos Bruegel.
“No es un papel que Bruselas pueda mantener políticamente durante mucho tiempo”, sentenció el experto en declaraciones a EurActiv.
Por Frédéric Simon y Fernando Heller (versión española)
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