Pekín (EFE).- Un equipo de investigadores del Instituto de Zoología de Kunming (sur de China) ha descubierto que la retigabina, un fármaco comúnmente utilizado para tratar la epilepsia, es un eficaz antídoto contra la dolorosa picadura de los ciempiés venenosos, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
El equipo de científicos está dirigido por Yang Shilong, y ha publicado los resultados de sus investigaciones esta semana en la revista estadounidense “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
Picadura de ciempiés
El ciempiés es un insecto que puede ser encontrado en cualquier lugar y existen más de 3 mil especies en todo el mundo. Son carnívoros y para capturar a sus presas tienen unos aprendices bucales desarrollados que secretan veneno. Los cuerpos de los ciempiés son extremadamente móviles y están claramente segmentados: cada segmento tiene un par de patas, la longitud de las piernas aumenta a medida que se acercan a la cola.
Los ciempiés pueden acabar con su picadura con presas 15 veces mayores que ellos, mediante veneno que puede tardar sólo 30 segundos en tener efectos, y aunque los casos de muerte en humanos son raros, es una de las mordeduras de animales más dolorosas.
Antídotos veneno del ciempiés
Algunos de los ciempiés de mayor tamaño pueden infligir una picadura dolorosa que causa hinchazón y enrojecimiento. Los síntomas rara vez duran más de 48 horas.
Hasta ahora no se habían encontrado tratamientos terapéuticos efectivos para este tipo de picaduras, que en algunas zonas tropicales son un problema de salud pública (según Yang, en el archipiélago estadounidense de Hawai 11 de cada 100 casos tratados en urgencias se deben a mordeduras de ciempiés).
En experimentos con ratones y macacos, los investigadores descubrieron que la retigabina puede combatir habituales efectos de este veneno como pueden ser fallos cardíacos, la misma epilepsia, o problemas respiratorios.
La especie estudiada por el equipo, el ciempiés de cabeza roja (scolopendra subspinipes mutilans) es una de las más peligrosas, y en su picadura emite una toxina capaz de paralizar a la vez los sistemas respiratorio, muscular, nervioso y cardiovascular, unos efectos más dañinos que los venenos de muchas arañas o serpientes. EFEverde
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