Los espacios callejeros de seis ciudades europeas se han convertido hoy en los lienzos de protesta de grafiteros, que han creado en directo obras de arte para pedir al Consejo de Ministros Europeo de Pesca -reunido hoy en Bruselas- la prohibición de la pesca de arrastre en aguas profundas.
Bruselas, Roma, Berlín, Lisboa, Londres y Madrid han sido los lugares elegidos por la comunidad Street-Art para producir sus obras de arte en colaboración con la organización ecologista Bloom y la coalición de oenegés para la protección de los océanos “Deep Sea Conservation Coalition“.
El artista callejero Spok ha dibujado en Madrid un fondo oceánico de criaturas abisales luminiscentes, como “metáfora de que en la mayor oscuridad siempre se puede generar luz”, y un pequeño barco pesquero sobre el agua porque “lo que realmente importa son los animales”, ha explicado el pintor a EFEverde.

Por su parte, el portavoz de la iniciativa, Alex Bartolí, ha explicado que la acción no se dirige a “prohibir toda la pesca de arrastre del mundo, sino a regularla correctamente en las zonas más frágiles, es decir, las aguas profundas”.
En su opinión, se trata de uno de los métodos más destructivos del mundo: “es el equivalente marino de excavadoras gigantes reduciendo los hábitats a escombros”.
El problema reside en que, mientras la Comisión Europea mantiene una postura conservacionista y propone eliminar progresivamente el arrastre en aguas profundas, “algunos Estados miembros han vaciado de contenido la reglamentación a base de enmiendas, para proteger unos barcos subsidiados que ni si quiera son rentables”.
Además, “se nos dice que la normativa de pesca tiene que regular peces y no ecosistemas, pero éstos son garantía de cría, alimento y refugio para los animales”, ha señalado Bartolí.
Las “pesca accidental” de especies en peligro de extinción
Las redes de arrastre capturan a todo tipo de seres, incluidos aquellos en peligro de extinción, tanto que, en algunas zonas abisales, ya han disminuido drásticamente especies como el Hoplostethus atlanticus o “reloj anaranjado”.
Otras como las praderas de esponjas o los corales de agua fría han sido dañadas.
Bartolí ha admitido que estas especies son recuperables, pero de forma muy progresiva, “ya que las características biológicas de los animales abisales no les permiten regenerarse a la velocidad en la que son arrasados, al tener una maduración sexual lenta y pocas crías”.
Entre las medidas que piden a Europa, Bartolí ha destacado la necesidad de seguir criterios científicos para regular la captura de especies protegidas y, en caso de que no se disponga de ellos, aplicar el principio de precaución.
Además ha considerado necesario realizar estudios de impacto previos a la concesión de licencias de pesca y prohibirla en las zonas que se demuestren vulnerables. EFEverde
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