EFeverde.- Un estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha indicado que la desaparición de la acción de los carroñeros para la eliminación de cadáveres supone un aumento de la emisión de gases de efecto invernadero.
La investigación ha sido desarrollada por investigadores del Área de Ecología y del Departamento de Biología Aplicada de la UMH, con la colaboración de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), la Complutense de Madrid, la de Lleida y la Estación Biológica de Doñana.
Estos investigadores han señalado que, tras implantarse la obligación por parte de la legislación europea de retirar y destruir en plantas autorizadas los cadáveres de animales muertos en explotaciones ganaderas, “ha surgido una nueva fuente de emisión de gases de efecto invernadero sin precedentes”.
Efectos negativos
Con la puesta en marcha de esta normativa, se produjo un descenso en la disponibilidad de alimento para las especies carroñeras y supuso efectos negativos sobre la población de buitres en España, donde habita el 95 % de los buitres europeos.
La apuesta por la eliminación artificial de los cadáveres implica también pagos anuales de los ganaderos y de las administraciones públicas a las compañías de seguros de alrededor de 40 millones de euros.
Los investigadores apuestan por los sistemas tradicionales y naturales de eliminación de los cadáveres de ganado por parte de los carroñeros, con el objetivo de conservar la biodiversidad.
Y es que mediante la eliminación de cadáveres, los carroñeros benefician a los humanos a través del control de enfermedades y ayudan de forma indirecta a reducir los niveles de CO2 emitidos a la atmósfera. EFEverde