Miguel Álvarez Cobelas, científico del Museo de Ciencias Naturales, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha alertado sobre la necesidad de abordar los problemas de contaminación que sufre el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.
Álvarez Cobelas ha afirmado que, a pesar del “momento esperanzador” por la abundancia de agua del humedal, es preocupante la calidad de la misma.
El investigador ha subrayado que “el control de la contaminación no se ha abordado lo suficiente” y el agua “sigue entrando a Las Tablas de Daimiel en malas condiciones”, con independencia de que llegue por el río Gigüela o por el Guadiana,
Miguel Álvarez ha apuntado que, con “unas depuradoras infradimensionadas”, la utilización de filtros verdes pueden ayudar a mitigar los efectos de unas aguas en mal estado que resultan “tan poco beneficiosas para la conservación del Parque Nacional”.
Ha defendido que se pueda poner en marcha nuevos proyectos para crear filtros verdes que “pueden ser una solución o al menos un paliativo” que contribuya a mejorar la calidad de las aguas que acaban llegando al humedal.
Esta medida es mucho más barata que otras que “requieren más mantenimiento y mano de obra”; sin embargo, “lo que tampoco es barato es hacer grandes depuradoras”.
Álvarez ha comentado que algunos de los principales valores del parque pasan inadvertidos a primera vista, al referirse a los microorganismos y plantas sin los que Las Tablas “no serían un paraje natural único en el mundo”.
El científico del CSIC ha destacado el papel de la masiega: “esta planta es la que ha creado Las Tablas. Las Tablas son masiega y agua, y después llegan los patos”.
“Es una joya que, paradójicamente, está en regresión por la abundancia de agua”, algo que ha considerado curioso por la gran cantidad de líquido elemento que mantiene encharcadas el 100% de la superficie inundable del parque nacional. EFEverde
