El proyecto Life+VENENO, auspiciado por la CE y desarrollado por SEO/BirdLife, ha llegado a término después de cuatro años de lucha en los que se ha logrado el compromiso de todas las comunidades autónomas de aprobar planes de acción específicos contra el uso de cebos envenenados en la naturaleza, así como sentencias condenatorias a ocho de los 24 procedimientos legales en los que se ha personado la ONG.
Entre los casos denunciados, SEO/BirdLife destaca el envenenamiento de seis águilas imperiales ibéricas en Ciudad Real o las más de 140 rapaces muertas por efecto de cebos envenenados en Tudela y Cintruénigo (Navarra).
Las penas dictadas hasta el momento implican hasta un año y cuatro meses de prisión, la inhabilitación para el ejercicio de la caza o el pago de responsabilidades civiles que superan en algunos casos los 33.000 euros.
Cañete, compromiso y preocupación
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, presente en el acto de clausura del proyecto Life+VENENO, ha mostrado su "firme compromiso" en la lucha contra estas prácticas, que, pese a estar tipificadas en el Código Penal, "lamentablemente persisten", y ha manifestado su preocupación por la muerte de especies protegidas al ingerir cebos envenenados, que alcanzan unas cifras que "ponen los pelos de punta".
Cañete ha insistido en que "no se trata de señalar con el dedo a los culpables, sino de erradicar prácticas prohibidas" mediante métodos didácticos, y se ha lamentado del daño que el veneno hace a los programas de protección de especies amenazadas, que tienen importantes aportaciones económicas .
Objetivos cumplidos
Por su parte, la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, ha valorado que, "pese a la crisis, se ha avanzado no sólo en la persecución del delito, sino que el problema de salud ambiental que implica está en todas las agendas de las autoridades competentes", porque el uso de veneno "es un método masivo y cruento que puede llegar además a ser un serio problema de salud pública".
Así, según la directora ejecutiva de la ONG, se han cumplido los objetivos del proyecto en cuanto a reducir la impunidad, difundir el conocimiento sobre el impacto ambiental, ofrecer alternativas al veneno e implicar a la sociedad.
El proyecto Life+ VENENO se inició en 2010 con un presupuesto de casi 1,7 millones de euros, de los que la Comisión Europea financió el 40%.
A lo largo de estos cuatro años, han sido formados para luchar contra el uso de veneno en el campo más de 500 agentes medioambientales de Aragón, Cantabria, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia y País Vasco.
Además, se ha creado la Unidad de Investigación contra el Veneno (UNIVE), que en Castilla-La Mancha cuenta con dos patrullas que desarrollarán su labor más allá del fin del proyecto.
Pero el "éxito rotundo", ha explicado Ruiz, es el compromiso de todas las comunidades autónomas de aprobar protocolos específicos en la lucha contra el veneno, algunos de los cuales han visto la luz en estos cuatro años.
Se trata de los planes de acción aprobados en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Canarias, que se suman a Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha, que ya contaban con sus propias estrategias.
Un largo camino por delante
El uso del veneno para eliminar depredadores y controlar plagas agrícolas, es, asegura SEO/BirdLife, una práctica ilegal y no selectiva; según sus datos, 7.000 ejemplares de especies amenazadas han muerto por esta causa en España en los últimos diez años.
Asunción Ruiz ha asegurado que SEO/BirdLife está orgullosa del trabajo realizado en este proyecto "pionero en Europa", pero no está "del todo convencida, pues aún queda mucho por hacer".
"Hemos puesto a punto la bicicleta, la hemos engrasado y ahora son las administraciones competentes las que tienen que pedalear, aunque todos a una, todos juntos, sí se puede", ha concluido. EFE
cyg
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