EFEverde.- La crecida del Ebro afectó a unas 12.000 hectáreas de terreno en Aragón, de las que 8.000 eran de cultivo, y motivó la evacuación de una veintena de vecinos del barrio rural de Monzalbarba en Zaragoza tras la rotura de una mota de contención.
Los bomberos de Zaragoza evacuaron ayer a una veintena de vecinos de este barrio de la capital, que lo solicitaron de forma voluntaria, pese a que no corrían riesgo, y que pasaron la noche realojados en casas de familiares, según fuentes de los Bomberos.
La punta de aumento de caudal del Ebro llegó a Aragón hace dos días, y ayer a Zaragoza, en una crecida que será sostenida hasta el jueves, cuando empiece a descender de forma lenta, según indicaron fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
A las 18.00 horas de ayer, el río pasaba por la capital aragonesa con un caudal de 1.709 metros cúbicos por segundo -por debajo de los 1.800 inicialmente previstos- y una altura de 4,67 metros, con tendencia a estabilizarse, pese a que se mantenía en nivel de alerta roja.
La estación navarra de Castejón registraba a esa misma hora 1.169 metros cúbicos por segundo y una altura de 5,57 y el nivel de aviso bajó a amarillo, de prealerta.
Pese a las afecciones y la inquietud que el aumento del caudal del Ebro provocó en estas poblaciones ribereñas, la crecida supuso también un atractivo para los ciudadanos que, en el caso de Zaragoza, se acercaron a los puentes y paseos cercanos al cauce para comprobar por sí mismos cómo el agua embarrada arrastra a gran velocidad algunas ramas de árboles.
Conveniente limpieza del cauce
Aunque las administraciones y la Plataforma de Afectados por las Inundaciones coincidieron en que es necesario esperar a que el agua bajara para cuantificar la afección real de esta crecida que la Confederación Hidrográfica del Ebro ha calificado de “ordinaria”, lo cierto es que el Gobierno de Aragón y los municipios afectados consideraron que sería conveniente la limpieza del cauce.
De hecho el consejero de Política Territorial e Interior, Antonio Suárez, aseguró, durante una visita a las poblaciones afectadas aguas arriba de Zaragoza, que la limpieza de los ríos es “la gran asignatura pendiente”.

Señaló además que el Ejecutivo aragonés estudia solicitar al Gobierno central las modificaciones legales necesarias para que la calificación de crecida ordinaria o extraordinaria “no tenga en cuenta sólo los caudales medios de los últimos diez años, sino la altura media del río”.
Antonio Manero, de la citada Plataforma, criticó, en declaraciones a Efe, que en los 30 o 40 años últimos años la Confederación no haya actuado en el Ebro y que “ahora que quiere hacerlo, no le dé tiempo” porque la actuación del agua es más rápida.
Se están creando “islas grandísimas en algunas zonas” y el fondo del río ha aumentado en algunas partes “más de un metro”, añadió.
Precedente en los años 60, sin daños
A comienzos de los años sesenta hubo una crecida que llegó a alcanzar los 4.000 metros cúbicos por segundo, “más de la mitad que ahora“, y sin embargo “no causó daños” porque el cauce estaba limpio, según Manero, que criticó que los daños son mayores cada vez.
Solo en la población de Gallur, estimó que las hectáreas de cultivo afectadas son 1.800 porque se trata de una zona “que no tiene defensas”.
Aguas abajo de la capital aragonesa, en Pina de Ebro, la situación estaba “controlada” para la llegada de la punta de la crecida, prevista para ayer por la noche con unos 1.800 metros cúbicos por segundo, después de que la CHE haya reforzado recientemente una mota defensiva de la margen derecha que estaba “débil”.
Su alcaldesa, María Teresa Martínez, no creyó que el agua llegue a zonas de cultivo ni tampoco a la población, aunque sí reconoció a Efe que el pueblo “tiene cierto riesgo porque está muy cerca del río y cada vez con los mismos metros cúbicos se ve más cerca el agua“. EFE
Debe estar conectado para enviar un comentario.