Fabien Cousteau, nieto del fallecido oceanógrafo francés Jacques Cousteau, y su equipo de científicos han concluido su misión de 31 días en el laboratorio submarino Aquarius, en los cayos de Florida, e inician mañana la fase de descompresión para subir la superficie.
Los científicos de la “Mission 31” se encuentran desde el pasado 1 de junio en la instalación submarina ubicada en Cayo Hueso, en el extremo sur del estado, a unos 62 pies de profundidad.
Desde la base submarina, los investigadores han realizado diversos estudios de campo, entre otros el de medición del cambió climático y la acidificación de los océanos y erosión del arrecife coralino.
Aquarius, un laboratorio único:
Aquarius, bajo control de la Universidad Internacional de Florida (FIU), es un laboratorio único en el mundo por sus características, está situado a unas 3,7 millas de la costa y por él han pasado ya 16 equipos de astronautas para formarse en condiciones similares a las del espacio.
El equipo que lidera Cousteau, tras realizar una rápida tarea de limpieza del lugar, entrará mañana, a las 4 pm ET, en la cámara de descompresión hiperbárica, antes de subir a la superficie, explicó la FIU en un comunicado.
Con esta misión se rinde tributo al “trabajo de Cousteau y a todos los submarinistas que siguieron su camino en nombre de la exploración oceanográfica”, destacó el nieto del científico antes comenzar la misión.
Jacques-Ives Cousteau (1910-1997) creó en 1963 la primera base y hábitat humano en el fondo marino y permaneció en ella con un equipo de expertos durante 30 días.
Missión 31:
Fabien Cousteau visitó por primera vez la base Aquarius en 2012 y desde entonces fue ideando la “Mission 31”: el estudio del cambio climático y de la acidificación que sufren los océanos, además de la polución de las aguas marinas y la sobreexplotación de la pesca y el declinar de la biodiversidad.
La base submarina forma parte de la Reserva Nacional Marina de los Cayos de Florida, en el extremo sur del estado.
Entre las actividades que convierten a Aquarius en un laboratorio único está la iniciativa denominada “Buceo de saturación”, un programa que permite a los científicos trabajar bajo el mar “hasta nueve horas al día” sin miedo a sufrir problemas de descompresión. EFEverde