El trasplante de ejemplares de un estuario a otro es la mejor fórmula para conservar la planta acuática Zostera noltii, actualmente en peligro de extinción, según un comunicado de la Agencia Vasca del Agua (URA).
Esta planta fanerógama forma praderas en las zonas intermareales de algunos estuarios vascos, donde “desempeña una función esencial en el ecosistema” al formar praderas marinas que ofrecen refugio y sustento para peces y crustáceos, sirven de soporte para algas y contribuyen a la mejora de la calidad del agua por su capacidad de filtración.
Todo ello contribuye a la existencia de un medio con “buen estado ecológico y elevada diversidad”, ha indicado la URA.
La Agencia Vasca del Agua puso en marcha en 2008 una iniciativa para conservar y mejorar las praderas marinas del País Vasco a través del centro tecnológico de investigación AZTI-Tecnalia, comprometido con el desarrollo social y económico del sector pesquero, marino y alimentario.
AZTI-Tecnalia evalúa desde entonces la situación de amenaza para esta especie, de la que existen en la actualidad 19,79 hectáreas en la costa vasca, según la cartografía actualizada de la URA.
Esta cartografía revela que, de los doce estuarios vascos registrados, únicamente tres (Oka, Bidasoa y Lea) cuentan con poblaciones de esta planta.
Las posibilidades de que la Zostera noltii pueda colonizar de forma natural nuevos estuarios son escasas y por ese motivo comenzó el trasplante.
El estuario del Oka en Urdaibai fue elegido como donante por albergar la población más extensa de la especie, mientras que el del Butroe es el receptor, por presentar las condiciones ambientales más adecuadas.
Los resultados de este plan durante los últimos tres años son “satisfactorios” según el comunicado de la URA, ya que no solo se ha consolidado la población, sino que ha aumentado en superficie.
Estudios complementarios elaborados en el estuario del Oka advierten de que el marisqueo es una amenaza “significativa” para esta especie debido al continuo pisoteo y los agujeros que se realizan para las extracciones.
A pesar de que el número de mariscadores ha disminuido en los últimos años, se ha detectado un incremento en los furtivos y los recreativos que pueden suponer una “importante presión” para la planta. EFE