Los principales dirigentes del partido EQUO han propuesto este lunes un “necesario cambio de rumbo” de la economía española tras la crisis de la COVID-19 que pase por “una reconstrucción verde y justa” en la que se recoja el aprendizaje de las crisis sanitaria y climática, porque “lo que antes era una estrategia, ahora es una emergencia”.
“No podemos volver a la normalidad de antes, porque era insostenible e injusta”, ha señalado el exeurodiputado de Los Verdes/ALE, Florent Marcellesi, durante la rueda de prensa telemática en la que este partido verde ha presentado su programa ‘Un nuevo rumbo para el día después’.
La diputada de Más País/EQUO, Inés Sabanés, también se ha referido a la adquisición de “una visión integral sobre los cambios y las transiciones que este país necesita”, planteando “una política cooperativa y constructiva” en la que el rescate de empresas y sectores económicos esté vinculado a “condiciones ecológicas, sociales y económicas justas”, con objeto de “no repetir los errores de 2008, cuando se privatizaron los beneficios y socializaron las pérdidas sin ningún tipo de condicionalidad socio-ecológica”.
Plan de choque
El cambio de rumbo que exige EQUO incluye un plan de choque por la movilidad sostenible, una apuesta decidida por el transporte público y la bicicleta y una “transición agroecológica” del campo que coloque “en el centro” la Naturaleza y la soberanía alimentaria.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]En su programa, “la ambición es un punto clave” y también el alineamiento con la ciencia, por lo que consideran que la Ley de Emergencia Climática “tiene que seguir las directrices de reducciones de CO2 y neutralidad para 2040”. [/box]
Además, demandan “no volver al turismo de masas basado en la cantidad y el ‘low cost‘”, sino “redirigir” el sector “hacia la calidad y la sostenibilidad”, así como recuperar la inversión y el gasto público previos a la crisis de 2008 en sanidad y educación.
“No puede haber reconstrucción si no es verde y justa”, ha reiterado Marcellesi, que contempla una “reindustrialización verde” hacia industrias “poco contaminantes y que generen muchos empleos de calidad y sostenibles”, más de 400.000 al año de media, ya que “economía y ecología van de la mano”.
Para “no dejar a nadie atrás”, apoyan la Renta Básica Universal permanente, así como el reparto del trabajo a través de una reducción de la jornada laboral hasta las 32 horas semanales, sin pérdida de salario.
Financiación
Estas propuestas según su programa serían financiadas en parte a nivel europeo durante los próximos 12 años con 5 billones de euros obtenidos mediante “coronabonos, impuestos ambientales -por ejemplo, al queroseno- y contribuciones de las multinacionales, las que más se han beneficiado y por tanto las que más deberían ayudar”.
A nivel español, reclaman un impuesto “de solidaridad” de carácter puntual para las empresas que hayan mejorado sus beneficios durante la crisis generada por la COVID-19, así como para las personas con rentas superiores a los 80.000 euros, además de una moratoria en las grandes infraestructuras y la eliminación de los subsidios a las energías fósiles. EFEverde