Dibbiopack, un proyecto financiado por la Comisión Europea y coordinado por el Centro Tecnológico Aittip de Zaragoza, ha concluido su fase inicial de investigaciones tras cuatro años para crear envases inteligentes y multifuncionales de bioplástico dirigidos a sectores como alimentación, cosmética o farmacia.
Zaragoza ha acogido hoy la conferencia final del proyecto, en el que han participado 19 socios de 10 países para impulsar la formulación y fabricación de materiales y envases inteligentes (botellas para su aplicación en farmacia, tarros para uso cosmético y bandejas alimentarias), con la intención de superar los hitos normativos, tecnológicos, de mercado y medioambientales que plantea el futuro de los bioplásticos.
Esta investigación, que ha contado con un presupuesto de 7,8 millones de euros, 5,7 aportados por la Comisión Europea, ha permitido dotar a los envases de funcionalidades para conservar mejor los productos e informar de su estado a los consumidores.
Se ha conseguido con avances como nanomateriales que dotan a los envases de bioplástico de propiedades mecánicas y resistencia similares a los de plástico convencionales, films biodegradables con propiedades barrera mejoradas y sensores que informan sobre el estado del producto.
Berta Gonzalvo, coordinadora del proyecto de Aitiip, ha explicado que tras esta fase de investigación han comenzado las negociaciones con todos los socios que han participado en la investigación para posicionarse respecto a la explotación de los resultados, comercialmente y en relación con la propiedad intelectual y patentes.
Ha precisado que algunos de los productos ya están en estado precomercial, de forma que las empresas industriales los podrían introducir en el mercado en el corto plazo, y otros necesitan todavía algunos pasos de investigación y desarrollo a emprender en próximos proyectos con financiación europea y de los diferentes países involucrados en el proyecto.
En declaraciones a Efe, ha detallado que durante estos cuatro años de investigaciones se han estado desarrollando tanto materiales como nuevos procesos de fabricación y una serie de sensores cuya combinación han dado lugar a unos envases biodegradables y multifucionales para toda la industria del embalaje, aunque fundamentalmente se ha centrado en la alimentario, la cosmética y la farmacia por el impacto global que tienen estos sectores.
“Se abren ante nosotros unas posibilidades infinitas de cara a los usuarios finales, a los distribuidores”, porque permiten ver si el producto está en condiciones óptimas de consumo, ha destacado Gonzalvo, quien ha explicado además que se trata de envases sostenibles, utilizando como materia prima recursos naturales.
Ha detallado que estos envases ofrecen propiedades mecánicas, funcionales, estéticas y antibacterianas, de forma que permiten conservar los productos (cremas, pastillas, jarabes o alimentos) en condiciones óptimas y totalmente seguras para el usuario final, y aunque su coste actual es tres veces superior al de los envases convencionales, se espera que el bioplástico aumente de forma masiva la producción y por tanto se reduzca este coste.
Por su parte, el presidente de Aitiip, Juan Manuel Blanchard, ha afirmado que los logros de este proyecto evidencian que Zaragoza y Aragón cuentan con un centro “de primer nivel”, con capacidad de investigar, innovar y liderar grandes proyectos europeos.
A la conferencia final del proyecto ha asistido la consejera de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno de Aragón, Pilar Alegría, quien ha subrayado que cada año se consumen millones de envases de plástico que perjudican al medioambiente y que este proyecto ha sabido ver la necesidad de buscar una solución, y el bioplástico, ha remarcado, está llamado a ser uno de los sectores que más crezca en los próximos ejercicios.