Los ciudadanos no deben limitarse a “pedir soluciones” a los políticos sino participar en ellas y aportar sus propias ideas para hacer frente a la crisis climática porque “tienen el poder de cambiar las cosas”, ha asegurado hoy el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, durante su intervención en un foro virtual.
“No sólo hay que decirles lo que deben hacer sino hacerles conscientes además de que son parte del cambio”, ha insistido Timmermans en su participación en el seminario ‘A Pact for People and Planet’ (“Un pacto para la gente y el planeta”), donde ha pedido coherencia ya que “nuestras acciones deben ir en línea con nuestro pensamiento” y actuar así hará que “nos sintamos mejor no sólo como ciudadanos sino como seres humanos”.
En ese sentido, el vicepresidente europeo ha confesado que, aún más que las personas que no creen en las consecuencias de esta crisis, le preocupan “especialmente” aquéllas que “piensan que está ya todo perdido” y que nada podrá detener el peor escenario posible del cambio climático.
A estas personas “quiero decirles que todavía podemos combatirlo y que hasta las pequeñas acciones nos van a llevar por el camino adecuado” por lo que ha lanzado un llamamiento a no rendirse.
Después de recordar que “para la crisis climática no hay vacuna”, ha advertido de que si de verdad “aspiramos a salvar no sólo al planeta sino también a la humanidad, tendremos que empezar a cambiar nuestros hábitos y nuestro estilo de vida” lo que según él no tiene por qué significar “vivir menos o peor”.
Descarbonizar la economía
Timmermans ha relatado la promesa que le hizo a su nieto de que “tendrá un buen futuro” pero “para que ello sea posible hay que actuar ahora” y eso significa comprender la “absoluta necesidad” de que en los próximos 10 años el mundo haya reducido “drásticamente” sus emisiones y que en 2050 la economía mundial “se haya descarbonizado por completo”.
También ha alertado de que, aunque parezca mucho tiempo para actuar, esos 30 años “se van a pasar volando”.
En referencia a las condiciones de reclusión y limitación de movimientos impuestas por los gobiernos a raíz de la COVID-19, ha reivindicado el papel del activismo ‘online’ para “seguir preparándonos para el futuro”, aunque ha reconocido que “no hay nada que sustituya al contacto humano”. EFEverde