Amaya Quincoces Riesco. Desde contenedores con sensores hasta robots y tecnologías de inteligencia artificial, el abanico de herramientas para mejorar la gestión y el tratamiento de residuos se abre camino con nuevos desarrollos para automatizar tareas tan tediosas, y reducir un problema que crece con el consumismo.
Automatización, digitalización, sensorización, brazos robóticos… “Así serán las plantas de selección de residuos y reciclaje en el futuro; algo que ya está ahí, pero requiere inversiones para materializarse”, asegura a la Agencia Efe el ingeniero de Montes y profesor de tecnología de residuos de la Universidad Politécnica (UPM), José Vicente López.
Como el resto de sectores, la industria de los residuos trata de aprovecharse de las nuevas tecnologías para ganar precisión y eficacia en la selección y clasificación de materiales candidatos a ser reciclables, y automatizar unas tareas habitualmente poco gratificantes.
El “gran avance” tecnológico en el sector ha sido a nivel de separación de residuos en fase de reciclaje y garantizar que los materiales seleccionados tengan calidad, explica el experto de la UPM.
Para la detección de posibles anomalías en la selección de residuos se está introduciendo inteligencia artificial; por ejemplo, para diferenciar qué producto a base de plástico proviene de derivados del petróleo, y cual sería bioplástico, porque aparentemente son iguales.
Una empresa pionera en aplicar inteligencia artificial al tratamiento de residuos y reciclaje es la española Sadako, que utiliza técnicas de “deep learning” o aprendizaje profundo y visión computerizada, para conseguir algoritmos que permitan a un robot reconocer objetos y distintos residuos.
Aunque los sensores ópticos son rápidos a la hora de seleccionar los residuos “no son tan rigurosos” como la inteligencia artificial, que es muy precisa, indican a Efe fuentes de esa empresa.

Por otra parte, la inteligencia artificial también se está aplicando en contenedores, cuya apertura dependería de una tarjeta de identificación que detecta los desechos que va introduciendo el ciudadano y si lo hace correctamente, de modo que pueda resultar bonificado por ello.
Asimismo existen desde hace tiempo contenedores que avisan cuando están a punto de llenarse para evitar el desbordamiento.
Drones para evitar explosiones
En fase de investigación se están utilizando drones o aeronaves no tripuladas con cámaras infrarrojas, que detectan “puntos calientes o peligrosos” dentro de los vertederos y evitan explosiones por acumulaciones de gas a causa de cambios de temperatura, y asimismo riesgos de desplazamiento.
Precisamente un derrumbe ha sido la causa del reciente incidente en el vertedero privado de Zaldivar (Vizcaya) que ha sepultado a dos personas que siguen desaparecidas desde hace dos semanas, además de emitir sustancias tóxicas.
Tecnologías más sencillas también recurrentes, según los expertos, son el código QR y la radiofrecuencia o RFID para la trazabilidad del producto desde que el consumidor lo deposita en el contenedor hasta que llega a la planta de reciclaje, y para conocer si finalmente acaba en un vertedero.
“Se ha experimentado con muchas tecnologías, y lo que falta ahora es invertir en ellas”, ha explicado el profesor de la UPM.
En España se destinan a los vertederos alrededor del 60 por ciento de los residuos domésticos, de los cuales el 40 por ciento se corresponde con materia orgánica, mezclas de envases, restos de materiales no reciclables, etc. De acuerdo a los últimos datos oficiales, los vertederos municipales recogieron en 2017 algo más de 12 millones de toneladas de residuos.
Todo apunta a que la innovación futura irá por la clasificación robotizada de residuos y posiblemente también por la identificación de sustancias peligrosas en los desechos de artículos y la separación con sistemas robotizados.
Sustancias peligrosas en los artículos
De hecho a partir de enero de 2021, los fabricantes tendrán que declarar determinadas sustancias peligrosas contenidas en los artículos, como una de las novedades de la directiva de residuos de 2018.
Esos desechos peligrosos se almacenan en otros vertederos con medidas más restrictivas de seguridad. Se trata de “instalaciones necesarias” para resolver “de forma segura” desde el punto de vista ambiental y la salud el problema de los residuos, añade por su parte Luis Palomino, secretario general de Asegre.
El responsable de esta asociación de empresas gestoras de residuos peligrosos, industriales no peligrosos y actividades de recuperación de suelos contaminados ha destacado “el gran interés” que despierta la ley de residuos pendiente de tramitarse “porque afecta a mucha gente”.
Desde los consumidores, hasta los productores de residuos, industriales, envasadores, empresas de distribución, y en general a toda la industria, ha añadido Palomino.
Actualmente, ha recordado, España está pendiente del desarrollo parlamentario de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para adaptar su ordenamiento jurídico a la nueva normativa europea sobre la materia, cuyo plazo para hacerlo concluye este año. EFEVerde
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