El Gobierno de Japón apoyará la reconstrucción de la industria doméstica que comercia con tiburones, cuyas instalaciones quedaron arrasadas por el tsunami que en marzo de 2011 devastó el noreste del país, reveló hoy el diario económico Nikkei.
En concreto, el Gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, en colaboración con el sector privado, destinará la ayuda a la localidad de Kesennuma, en la prefectura de Miyagi (la más afectada por el tsunami), tradicionalmente vinculada a la caza y comercialización de escualos, sobre todo de sus codiciadas aletas.
La práctica del denominado "desaleteo" de los tiburones es una de las principales amenazas para estos animales, ya que consiste en amputarles las aletas para posteriormente lanzar el resto de su cuerpo al mar.
En esta ciudad costera se capturaban cerca de 12.000 toneladas de tiburones anuales, aunque tras el paso del tsunami gran parte de las instalaciones para procesar este pescado quedaron destruidas, lo que ha provocado una caída de cerca del 30 por ciento de este sector.
Las ocho principales empresas dedicadas a la caza de escualos recibirán las ayudas de grandes corporaciones como el fabricante de bebidas Asahi, el portal Yahoo Japan o el operador de telefonía NTT Docomo, que canalizarán sus aportaciones a través de la estatal Agencia nipona de Reconstrucción.
La estrategia es la de desarrollar productos que contengan carne de tiburón, así como de potenciar las operaciones de mercadotecnia y venta y de utilizar el reclamo de los escualos para atraer turismo.
La población de tiburones ha disminuido drásticamente en los últimos años debido sobre todo al comercio de sus preciadas aletas.
Según organizaciones de defensa de los animales, entre 26 y 73 millones de aletas de tiburón pasan cada año por el mercado de Hong Kong, el primer destino mundial de este producto con el que se elabora la popular sopa de aleta.
Japón, contraria a limitar la pesca de tiburón
Japón fue uno de los países que se mostró contrario a ampliar las limitaciones a las capturas y comercio de tiburones propuestas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) y que, finalmente, han comenzado a aplicarse a mediados de septiembre.
En concreto, los 178 países miembros del CITES acordaron incluir nuevas especies reguladas de tiburón, entre las que se encuentran el oceánico, el martillo común, el gigante, el cruz y el tiburón sardinero.
Con anterioridad, Japón ya había puesto problemas a la prohibición de comerciar con diversas especies de ballenas y tiburones, como el blanco o el ballena, e incluso la relativa a la pesca de caballitos de mar, utilizados en Asia para elaborar medicamentos contra el asma o la disfunción eréctil. EFEVERDE
