Jorge Molina.- El atropello de los linces en carreteras, la principal causa de mortandad no natural, se intentará evitar con un sistema que emite una luz al vehículo cuando ha detectado que puede colisionar con un animal que va a cruzar y, si no reduce la velocidad, una señal acústica.
Así lo ha declarado a EFEverde Javier Salcedo, director del proyecto europeo LIFE Lynx Connect, que se prolongará hasta 2025 con un presupuesto de 18 millones de euros.
“La aplicación de esta nueva medida se impulsa por otro proyecto LIFE europeo en el que participa la Junta de Andalucía, Save-Crossing. El sistema para mejorar la seguridad vial de linces y conductores se aplicará “en cinco puntos negros de las carreteras de Andalucía”.
Existen dos grandes pasos de fauna con puentes vegetales sobre las carreteras, ambos en el entorno de Doñana, y arcenes vallados para dirigir el paso de la fauna a puntos con pasos subterráneos, pero son insuficientes.
Son dos las rutas más mortíferas. En la autopista Sevilla-Madrid, cerca de Andújar-Cardeña, han caído 31 linces según los datos oficiales de hace dos años; y en la carretera Hinojos-Villamanrique, junto a Doñana, 12. Las otras tres vías ‘negras’ son La Carolina-Úbeda, Montoro-Fuencaliente, y Villafranca-Adamuz.
Salcedo señala que todas las administraciones con competencias en carreteras de los dos países y las cuatro comunidades autónomas son socias del LIFE, y “cada vez más nos consultan a la hora de redactar nuevos proyectos” de vías para evitar “fragmentar el hábitat”, la causa de que el felino las cruce.
Incrementar la población de lince
Otro de los pasos clave del LIFE llevará a crear poblaciones estables en Sierra Arana (Granada), y en los Altos de Lorca (Murcia). Nuevos espacios que recuperan la presencia de una especie en su día frecuente en toda la península.
Javier Salcedo indica que de aquí a 2025 se quieren tener al menos cinco hembras reproductoras en ambas comarcas. Se hará mediante reintroducciones, gracias a los centros de cría en cautividad del lince, en su día básicos para salvar a la especie, pero que por fortuna han perdido protagonismo.
El año pasado nacieron en ellos 30 en cautividad, y unos 400 en libertad. En las poblaciones consolidadas de lince salen jóvenes machos en busca de su espacio cada año. Para conectarlas con rutas seguras, el proyecto LIFE va a decidir tras el verano dónde ubicar 10 lugares de enlace donde se den condiciones: abundancia suficiente de conejos, pocas o ninguna carreteras, y hábitat adecuado.
“Serán ‘descansaderos’ para el deambular de los felinos. Estos enclaves se ubicarán tanto en fincas públicas como privadas, tras un análisis previo de alternativas por parte de un equipo de la Universidad Politécnica de Madrid. La gestión de esos diez espacios se realiza mediante el sistema de custodia del territorio”.
Se trata de un acuerdo entre dueño y Administración para beneficiarse mutuamente, sin que se altere la actividad de la finca más de lo deseado por su propietario. El cual se beneficia de la marca de calidad ecológica y el atractivo ecoturístico que supone contar en su finca con el gran depredador del monte mediterráneo.
Salcedo considera que no hay zona en Europa con más custodia del territorio que la desarrollada por el lince. El último censo oficial verificó de la existencia en el medio natural de 1.110 linces, repartidos por Andalucía, Portugal, Extremadura y Castilla la Mancha en poblaciones consolidadas, es decir, en las que al menos existen 15 hembras reproductoras.
Sevilla
Uno de los puntos inesperados de colonización del lince se ha producido muy cerca de la ciudad de Sevilla, al sur del parque natural de la Sierra Norte, cerca del pueblo del Villanueva del Río y Minas. Animales llegados desde diversos enclaves, algunos alejados como Montoro (Córdoba) o Portugal, se han establecido ahí, y esta primavera hubo de nuevo dos partos.
Conejo
Una de las paradojas de la bonanza actual de la especie es que en Doñana se mantienen los problemas, aunque fue uno de los dos últimos reductos el animal en 2002.
A día de hoy existen muchos más linces alrededor, en los pinares de Aznalcázar y La Puebla del Río (Sevilla), que dentro del parque nacional. Tanto es así que han surgido protestas por el ‘acoso’ de los fotógrafos a los felinos, fáciles de encontrar.
La causa es la carencia de conejo. Aunque se han producido sueltas de esta presa –de la que se nutren hasta 40 depredadores-, no se da la abundancia necesaria dentro de Doñana. “Es más complejo técnicamente el manejo del conejo que del lince”, reconoce Salcedo.
Para los expertos resulta a veces incomprensible el carácter de plaga que el conejo adquiere en territorios a priori menos favorables que otros donde no prospera.
El factor menos esperado, y más negativo, del proyecto de recuperación del lince, en opinión del director de este proyecto LIFE, ha sido justamente la aparición de una nueva cepa de la enfermedad hemorrágica vírica.
“Ahora cualquiera, a causa del covid 19, es capaz de entender la magnitud del problema de una nueva cepa para el conejo”, afirma Salcedo, cuando el brote anterior estaba controlado. EFEverde