Los ocho ejemplares liberados en Extremadura en la zona del Matachel (Badajoz), que conformarán en el futuro el núcleo reproductor de esta especie en Extremadura, exploran los territorios aledaños al cercado de suelta y se adaptan perfectamente a su nuevo entorno.
Todos los ejemplares, cinco machos y tres hembras, van provistos de un collar-GPS que posibilita su localización diaria y poder comprobar “in situ” su buena forma física, según informa el programa Life+ Iberlince.
Los linces liberados proceden del programa de cría en cautividad y han sido reintroducidos en el marco del programa Life+ Iberlince, y todos se desenvuelven en el entorno de la finca de suelta, a excepción de “Jerez“, un macho de dos años, que explora constantemente territorios algo más alejados del cercado de presuelta.
El territorio donde han sido liberados reúne las condiciones necesarias para su supervivencia: un hábitat adecuado y óptimo para estos felinos, con grandes superficies de terreno, baja densidad de carreteras, y alta densidad de conejo.
La reintroducción del lince ibérico en Extremadura tras 30 años de ausencia es fruto de las actuaciones realizadas por la Dirección General de Medio Ambiente con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y del Proyecto Life+ Iberlince “Recuperación de la distribución Lince ibérico en España y Portugal”.
Objetivo
El objetivo principal de este proyecto es recuperar la distribución histórica del lince ibérico tanto en España como en

Portugal, puesto que es el felino más amenazado del mundo y actualmente está en peligro de extinción en fase crítica.
En Extremadura, la iniciativa cuenta con una inversión de 4,8 millones de euros y con la participación de la Dirección General de Medio Ambiente, que aporta 1,2 millones de euros, y otros tres socios, la empresa Agroforex, Fundación CBD-Hábitat y Adenex.
Además, colaboran el Centro de Cría en Cautividad del Lince Ibérico de Zarza de Granadilla, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales; los centros andaluces de cría en cautividad de Olivilla y Acebuche; y el de Silves, en Portugal. EFE
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