Asociaciones ciclistas y ecologistas han coincidido en la necesidad urgente de desarrollar y financiar una red temporal de carriles bici para potenciar el uso de la bicicleta como transporte público tras el confinamiento, y han reclamado ayudas individuales para su compra y reparación.
Estas son algunas conclusiones del debate que han mantenido este jueves en internet diversas asociaciones, organizaciones ciclistas y sindicatos convocados por el partido ecologista EQUO y que ha contado como la participación de Pierre Serne, presidente de la asociación Villes Cyclables en Francia.
La experiencia de Francia
Serne ha detallado la experiencia de su organización, encargada por el gobierno francés de elaborar una estrategia de creación de carriles bici temporales dentro y fuera de las ciudades, con el fin de que los ciudadanos puedan moverse de forma segura y sostenible tas el confinamiento por la COVID-19, que en aquel país esta previsto para el próximo 11 de mayo.
Un plazo corto de tiempo, según ha relatado el presidente de la organización ciclista francesa, para afrontar las dificultades legales y administrativas que están encontrando a la hora de planificar esos carriles bici temporales que, según ha dicho, confía se conviertan en definitivos.
Ha señalado también que en el desarrollo de esta idea están colaborando vendedores y reparadores de bicicletas así como asociaciones de peatones, en total unas 500 personas que el próximo 4 de mayo deben tener un proyecto preparado.
Serne ha comentado que al menos un millón de los de los cinco millones de viajeros que actualmente utilizan el transporte público en París tendrán que cambiar ponto de modo de movilidad por motivos de seguridad derivados del coronavirus y el objetivo es que opten por la bicicleta y no por el vehículo privado, por que, según han coincidido todos participantes, eso supondría “una catástrofe”.
También ha informado de que cada kilómetro de carril bici temporal construido en Francia cuesta alrededor de 50.000 euros porque se trata de vías “muy preparadas, separadas de los coches y suficientemente identificadas” para garantizar la seguridad de ciclistas y peatones.
Respaldo mayoritario
El gobierno francés concede beneficios fiscales a las empresas que incluyen en sus planes de trabajo los desplazamientos de los empleados en bicicleta, ha asegurado Serne, que ha aseverado que su uso “dejará mas espacio” a los usuarios del transporte público y aliviará los embotellamientos en hora punta.
“Se trata de una cuestión de equilibrio: la bici no es para todo el mundo ni tampoco se prohíbe el vehículo privado”, ha admitido el presidente de Villes Cyclables y ha asegurado que en su país hay un respaldo mayoritario a estas acciones.
Cambio de paradigma
España también se enfrentará pronto a una nueva movilidad derivada del desconfinamiento , ha admitido la coportavoz de EQUO Inés Sabanes, que ha coincidido con los demás contertulios en la necesidad de llevar a cabo “un cambio radical en el paradigma” que ante todo disuada del uso del vehículo privado.
Un cambio, ha continuado, que pasa por la creación “urgente” de un grupo de trabajo “multidisciplinar, amplio, participativo y rápido”, en el que estén presentes los sindicatos y asociaciones de peatones, que se encargue de la creación de carriles bici temporales y cuente con financiación y ayudas a los ciudadanos para la compra de bicicletas.
Sabanés ha abogado además por dotar de “liderazgo” a ese proyecto, resolver las trabas administrativas y legales y, simultáneamente, hacer una “sobreinversión” en transporte público, a modo de “lanzaderas”, para resolver problemas de seguridad sanitaria. EFEverde