EFEverde.- Evitar la proliferación en el río Guadiana del conocido “camalote”, una de las 100 especies más invasoras del mundo, es uno de los grandes retos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que cada día retira 450 toneladas de esta planta flotante cuya presencia se extiende sobre 75 kilómetros del río.
Su proliferación genera problemas ambientales, desde pérdida de la calidad del agua y restricción del movimiento de la misma a procesos erosivos y desplazamiento de la flora autóctona, pero también puede afectar a instalaciones de explotación y riego.
La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), con el respaldo de la Junta de Extremadura, dedica diariamente recursos humanos y materiales para retirar toneladas de esta planta, principalmente en el tramo del río Guadiana comprendido entre Medellín y Mérida.
Erradicación del camalote
Sin embargo, erradicarla hoy por hoy es “imposible”, según han expuesto técnicos de la CHG durante unas jornadas celebradas en Mérida para abordar la problemática de esta planta flotante, de origen amazónico, que puede verse también en el Guadiana a su paso por la ciudad de Badajoz y a escasos kilómetros del embalse de Alqueva (Portugal), el mayor de Europa Occidental.
David Catita, uno de los responsables de la gestión de este embalse, ha explicado a EFE que el camalote, también conocido como “jacinto de agua”, “lampazo” o “violeta de agua”, ya se encuentra en el tramo de control previo al embalse, en el que las autoridades lusas trabajan semanalmente para retirarlo.
Especie invasora perfecta
“Es una planta perfecta” por sus condiciones de desarrollo y crecimiento. “Una maravilla de la naturaleza”, ha comentado Catita, ya que el camalote se estructura sobre rosetas flotantes, “como si del casco de un barco se tratara”, y cuya polinización la realiza de forma autónoma, por insectos o por viento.
Según los técnicos de la CHG, la llegada de las bajas temperaturas ayuda al control y retirada del camalote, pues la planta tiende a crecer en condiciones más favorables. De hecho, “la capacidad de crecimiento de esta planta en verano es muy superior” al volumen que se retira.

Si bien es cierto que no resiste los inviernos fríos y que “una helada ayudaría a su eliminación”, según la CHG, “de sus restos puede volver a rebrotar” cuando las condiciones mejoran.
Especie exótica invasora
Actualmente, la CHG ha desplegado un operativo de control y retirada del camalote en el que trabajan 40 personas, 14 embarcaciones, un barco cosechadora, 4 equipos de maquinaria pesada y un vehículo anfibio.
Además, ha fijado 5.000 metros lineales de barreras dispuestas sobre el río Guadiana. “No está en nuestro objetivo la erradicación, pues creemos que es imposible”, han añadido.
El presidente de la CHG, José Díaz, ha declarado a EFE que “no quiero perder el sueño de erradicarlo” y ha subrayado que “el frío es el principal aliado” para combatir el camalote.
Preocupación política
También el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha trasladado a la UE la problemática ambiental, agrícola y turística que genera el camalote, pues “solos no podemos”.
Además, la organización conservacionista Adenex ha alertado de que la planta “lo invade todo” y que el “un problema es realmente muy serio”.
Tanto Adenex como la Plataforma viene pidiendo “más eficacia” a la CHG y han resaltado que los vertidos al agua de fosfatos y de otras sustancias fertilizantes hace que prospere notablemente el camalote. EFEverde
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