Kokedama con planta de Anturio

PLANTAS EXÓTICAS

Plantas exóticas rescatadas del olvido para marcar tendencia

Publicado por: efeverde 4 de noviembre, 2017 MADRID

Plantas exóticas, decorativas y de extraños nombres se instalan lentamente en los hogares, para prender y crecer en paredes, techos o estanterías, adoptando formas sorprendentes y equilibrios inauditos. Son plantas con lejanas historias pero rescatadas ahora del olvido para marcar tendencia.

Ya comienzan a verse en locales modernos o en interiores de diseño, donde la decoración con plantas intenta romper su estatus tradicional. Y es un jardinero de vocación, José Ruiz Hernández, quien ha conseguido abrir en Madrid una tienda “Kokedama Rubio“, que cultiva, cuida y mima estas plantas.

Plantas de formas alargadas, arbustos o colgantes, o con raíces contenidas en bolas de tierra que no requieren macetas y se pueden colocar sobre cualquier mueble, como son las kokedamas, nombre que Javier Ruiz ha utilizado para su tienda, la única en Madrid que se dedica a la venta y cuidado de estas extravagantes proyecciones verdes de nuestro planeta.

Tarros cerrados con diversas plantas que crecen en su interior gracias a la humedad. foto: Kokedama Rubio.

Desde el pequeño local situado en la calle Sanchez Preciados, Ruiz las siembra y las va modelando para que lleguen a ser las sorprendentes plantas que atraen a los viandantes desde su escaparate.

Kokedamas, las que tienen más éxito

De entre las plantas exóticas que expone a la venta “las kokedamas son las que tienen más éxito”, explica Ruiz, porque “pueden adornar paredes, estanterías, techos y sorprender por sus formas. Además, poseen otra condición muy atractiva, el poco esfuerzo que requiere su manutención, aunque resulten un poco más caras de las que normalmente se ven en las floristerías”.

Dedicado toda su vida a la fotografía y a la decoración, José Ruiz Hernández, siempre fue un aficionado a las plantas y, a sus cincuenta años y, tras quebrar la empresa para la que trabajaba, no dudó en iniciar el camino del emprendimiento, para el que unía ilusión y vocación, con los conocimientos de flora que había ido adquiriendo.

Las kokedamas, nos explica Ruiz, se elaboran a través de una técnica japonesa que literalmente significa ‘bola de musgo’.
Cuenta la historia que un japonés dedicado a los bonshais desechó uno de ellos y lo metió en una bolsa, y como llevaba los mismos ingredientes, con el tiempo, el musgo junto con la tierra formó una bola dentro de la bolsa, de la que a los meses, descubrió sorprendido que había crecido una planta.

“La gran diferencia que presentan las kokedamas es la manera de regarlas, que se realiza por inmersión”.

Riego por inmersión

Se sumerge la bola, expele burbujas y cuando deja de echarlas significa que ya está regada. “La escurres un minuto y ya la puedes poner en una base de piedra, madera, en un vaso, una mesa… Le hace falta una base porque el musgo está húmedo, pero no tira agua como lo puede hacer una planta en una maceta”.

Kokedama colgante con planta de cuerno de alce. Foto: Kokedama Rubio

A la hora del riego y para saber su frecuencia, indica Ruiz Hernández, “la que manda es la planta. Normalmente se tiene en cuenta el riego cuando la bola no pesa nada, es muy ligera”.

Exterior de la tienda ‘Kokedama Rubio’. foto: Kokedama Rubio

A través de esta técnica se puede plantar cualquier tipo de planta, pero “yo cultivo sobre todo plantas duraderas y de crecimiento lento, de modo que aguanten en la misma bola un mínimo de año medio o dos años, sin que se les salga las raíces, que es cuando hay que trasplantarla a otra bola más grande”.

Para Ruiz Hernández, cualquier persona puede plantar mediante esta técnica, aunque el problema reside en los componentes que hay que utilizar, que resultan caros para un jardinero particular.

“La mejor base para crear una kodama es la akadama, piedra volcánica japonesa que también se usa en bonshais y que resulta bastante cara. Esta piedra japonesa retiene 20 veces de humedad su peso y aporta nutrientes que ayudan a drenar bien las raíces y hacerlas avanzar dentro de la bola”.

“También se podrían cultivar con otros materiales como las ‘perlitas’, silicato formado por diversos materiales boro, silicio, aluminio… que son esas pequeñas piedras blancas que nos encontramos muchas veces en las macetas, así como la vermiculita o tierra de gato, que es mucho más barata”.

Otras de las plantas que adornan de forma sorprendente la tienda de José Ruiz son las que se encuentran encerradas en tarros o botellas de cristal.

Plantas encerradas y alimentadas por la humedad

“Esta técnica la inventó un naturalista inglés en el siglo XVII, que se dedicaba a extraer plantas desconocidas de América para traerlas a Europa. Como las travesías que hacían eran tan largas y no había agua ni para la tripulación, las encerraban en estos recipientes de cristal donde descubrieron que llegaban perfectamente a su lugar de destino”, explicó el jardinero.

Medusas. Tillandsia Usneoides con erizo de mar. Foto: Kokedama Rubio

Las plantas así encerradas condensaban humedad que se deslizaba en forma de gotas por el cristal hasta volver a la tierra que las mantenía. “Las plantas que mejor responden a este sistema son las fitonias, los helechos, hiedras o el musgo, que se conservan en una temperatura constante”.

El sistema para su manutención es conservar una temperatura constante y humedad elevada.

Ruiz aconseja que “en principio no hay que regalarlas nunca, solo controlar el grado de humedad. Si esta llega a condensarse mucho hay que abrir el tarro para que libere un poco y si acaso le faltara humedad, con una luz cercana o cenital se puede hacer subir la temperatura en su interior, con lo que se condensa más humedad”.

José Ruiz Hernández cultiva y da forma él mismo a estas plantas. “Las compro en viveros y elaboro su composición, pero ante todo me gusta ser purista. La mayoría de las kokedamas están muy mal hechas y, precisamente sus creadores, los japoneses, cuidan mucho el estilismo hasta su último detalle”.

“Yo tardo bastante tiempo en cada una de ellas para que tomen la forma adecuada y les voy cortando el pelo desde el cuello de la planta hasta que toman la forma deseada. Prefiero hacer pocas y bonitas que producir de cualquier manera”.

Tillandsias en madera de bubinga. Foto: Kokedama Rubio

Pero a parte de las kodamas, otras de las plantas que más sorprenden en la tienda de la calle Sánchez Preciados son las tillandsia o los claveles de aire, que generalmente crecen apoyadas a las raíces de los árboles, y proceden de los desiertos, bosques y montañas de Centroamérica, Sudamérica, México y sur de Estados Unidos.

La mayor parte crecen enlazadas entre las raíces de los árboles, que les sirven únicamente de sujeción para tomar el agua y los nutrientes literalmente del aire, a través de las hojas.

“Son muy atractivas, y fantasmagóricas, algunas las pongo en un erizo de mar creando la sensación de auténticas medusas, también hago cuadros con ellas; se pueden poner en casi cualquier soporte y resultan muy atractivas”, aseguró José Ruiz Hernández. Efeverde

Secciones : Biodiversidad Plantas
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