Efeverde.- La asociación ambientalista Quercus, la mayor de Portugal, ha puesto en marcha una campaña de micromecenazgo (“crowdfunding”) para captar fondos y comprar 80 hectáreas del Parque Natural Tajo Internacional, fronterizo con Extremadura, donde hay especies en peligro de extinción
Uno de los responsables de Quercus, Nuno Sequeira, explicó a Efeverde que la asociación ya adquirió de igual forma 600 hectáreas en el citado Parque Internacional en 1987 y desde entonces desarrolló numerosas actividades para favorecer la recuperación de su flora y su fauna.
Protección de especies amenazadas
Si a finales de los 80 tomaron esa iniciativa para evitar que la reserva fuera reforestada con eucaliptos -muy rentables en el sector maderero-, ahora quieren poner en valor una zona de ribera asentada junto a esas 600 hectáreas donde habitan especies muy amenazadas como el águila imperial ibérica, la cigüeña negra, el buitre negro, la boga portuguesa o la tortuga estriada.
Se trata de unos terrenos situados junto a la ribera Marmelal donde han llegado a un acuerdo de compra-venta con los dueños por valor de 150.000 euros, motivo por el que han puesto en marcha la campaña de la colecta popular.
“En un principio queremos recaudar, mediante las aportaciones de la gente, 20.000 euros”, explicó Nuno Sequeira, mientras que el resto del dinero intentarán conseguirlo a través de subvenciones de programas europeos que fomentan la preservación ambiental.
Campaña de micromecenazgo
De momento, la campaña de Quercus (Asociación Nacional de Conservación de la Naturaleza) ya ha logrado el apoyo de 77 personas que, a título individual, han hecho una aportación económica.
El objetivo de Quercus es seguir la línea que han venido desarrollando en los últimos 30 años en esta zona del Tajo Internacional.
Entre sus programas operativos, destaca el plan de recuperación de la cigüeña negra, ave autóctona de la península ibérica en peligro de extinción.
Para ello, han acondicionado las charcas donde caza y han recuperado su entorno para que esta ave, que es muy esquiva, esté más cómoda.
De igual forma, han desarrollado acciones para mejorar el hábitat de las cinco parejas de águilas imperiales que nidifican en este enclave transfronterizo y han construido muladares para dar de comer al buitre negro.
En el caso de la tortuga estriada, también muy amenazada, han acondicionado el entorno de las riberas donde habita para evitar su extinción.
Problemas del caudal de agua, furtivismo y paseos en barco
Desde Quercus, aseguran que sus preocupaciones a corto y medio plazo sobre esta zona ambiental del Tajo se centran en la escasez del caudal de agua, el furtivismo o la falta de regulación de los paseos en barco.
Según Sequeira, los paseos turísticos por esta zona del Tajo suponen “un problema para las aves que nidifican en estos parajes escarpados”.
Por ello, desde la asociación ambientalista consideran que para regular esos paseos turísticos se tendría que mejorar el servicio de vigilancia, ya que “sólo hay dos personas que lo hacen”.
También alertan que “la caza ilegal” de jabalí o ciervo en esta zona protegida supone un progresivo deterioro de los caminos y plantaciones, y solicitan una mayor vigilancia ante la proliferación de venenos, que han llegado a matar a ejemplares de águila imperial o buitre negro.
Desde Quercus, advierten asimismo de que la cantidad y la calidad del agua del Tajo Internacional es cada vez inferior, sobre todo, debido a los “numerosos trasvases de agua que tiene este río en la parte de España”. Efeverde
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