Veerabhadran Ramanathan, uno de los “padres” de la ciencia del cambio climático y asesor de los tres últimos papas en esta materia, cree que España posee potencial para convertirse “en el mayor exportador de energía solar del planeta, en la nueva Arabia Saudí de un mundo sin combustibles fósiles”.
Así lo subraya de manera espontánea durante una entrevista con Efe el prestigioso profesor de Ciencias Atmosféricas de la Institución Oceanográfica Scripps (Universidad de California, San Diego) quien visita Madrid para recoger el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático.
“Es un verdadero desastre que el Gobierno de España haya puesto trabas a las renovables, que se haya creado un impuesto para las personas que instalan energía solar en sus casas, cuando lo que debería de haber es un impuesto a los combustibles fósiles”, sostiene.
Ramanathan (Madurai, India 1945), descubridor de los gases no CO2 causantes del cambio climático o de la contribución a este fenómeno de las partículas en suspensión, califica de “decisión nefasta para la economía y el progreso de España” su regulación nacional en materia de renovables y acusa al Ejecutivo de “falta de visión” en esta materia.
“España está a la cabeza de los países que saldrían beneficiados económicamente de la transición hacia una economía baja en carbono por la cantidad de sol que tiene. Es cierto que necesitamos una solución al almacenamiento de la energía solar pero la habrá pronto“, argumenta.
Miembro de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense y de la Academia Científica Pontificia, Ramanathan está considerado el inspirador de la Encíclica del Papa Francisco llamando a la acción en cambio climático -Laudato Si-, y del discurso del Dalai Lama, con quien se reúne periódicamente, en esa misma línea.
En mayo de 2014, el Pontífice le pidió que reuniera en el Vaticano a una representación de los científicos más relevantes en cambio climático.
“Los papas Juan Pablo y Benedicto me habían reclamado para breves audiencias en salas fastuosas llenas de frescos famosos, sin embargo el papa Francisco apareció en un pequeño coche con un traductor en el aparcamiento de San Pedro cuando yo despedía a los asistentes a aquel encuentro y me pidió que le contara las conclusiones”, relata.
“En Estados Unidos hablamos mucho de las charlas de ascensor, con el Papa Francisco tuve una charla de aparcamiento”, bromea Ramanathan, quien se declara “espiritual” pero de ninguna religión en concreto.
El prestigioso climatólogo convenció al Papa con una simple ecuación: “El cambio climático lo han causado las 1.000 millones de personas que viven en el mundo rico, pero serán las 3.000 que viven en el pobre, que apenas han provocado un 5 % del calentamiento, las que más lo sufran“.
“Francisco me preguntó que qué podía hacer él para solucionar el problema. Le dije que pidiera a la gente que se convirtieran en mejores administradores del planeta a nivel individual, que pensaran en el bien común”, agrega.
Ramanathan aplaude “la inmediata conexión que hizo el Pontífice entre cambio climático y pobreza, que entendiera que el llanto de la Madre Tierra es el llanto de los pobres”.
“Tenemos dos opciones para combatir el cambio climático: actuar desde la responsabilidad ética o desde el egoísmo. Desde la ética hemos de entender que nuestra acción ha dañado a otros y compensarles facilitándoles el acceso a la energía limpia; desde el egoísmo tenemos que facilitarla igualmente porque si no recurrirán a los combustibles fósiles y eso nos perjudicará a todos”.
El científico subraya que el cambio climático es “perfectamente solucionable” y ya existe la tecnología para hacerle frente: “los malos augurios de que combatirlo daña la economía o destruye empleos es una mentira de la industria de los combustibles fósiles que es la que tiene que perder”.
“La última vez que el mundo experimentó un aumento de temperatura de 1,5 grados fue hace 120.000 años y las consecuencias fueron tremendas; cuando lleguemos a ese punto, y lo haremos en breve, lo vamos a notar todos, no sólo los pobres, y no tardaremos en pasar a la acción”, agrega.
En ese sentido, Ramanathan apunta que el Acuerdo del clima de París ha sido el “paso más importante que se ha dado en la esfera política” para solucionar el problema, pero llama a la ciudadanía a “no engañarse y a dejar de echar la culpa a los gobernantes de que no se actúe en esta materia: porque casi todo se puede hacer a nivel individual, las solución está en cada persona“.
“Sólo hace falta una persona para cambiar el mundo, sólo hay que querer ser esa persona”, insiste el científico, quien confiesa que a los 60 años tuvo una crisis existencial y pensó que todos sus años de investigación habían sido “una pérdida de tiempo”.
“En aquel momento me invitaron a hablar del cambio Climático en la Asamblea General de Naciones Unidas para estudiantes de secundaria de todo el mundo y al acabar se me acercó una niña etíope y me dijo que le habían dado ganas de llorar con lo que había contado, y que le contase que hacía yo para solucionar el problema que también quería hacerlo ella”.
“Me di cuenta de que no podía contarle nada porque no estaba haciendo absolutamente nada, y me dije ‘cómo tienes el valor de hablarle a la gente de los peligros del cambio climático conduciendo un coche gigante todos los días al trabajo’. A partir de ahí me pasé al autobús puse energía solar en toda la casa y empecé un proyecto -Surya, sol en sanscrito- con mis hijas para implantar cocinas solares en hogares donde no hay acceso a la energía en India”, explica.
El próximo proyecto del científico: “crear un currículo académico en los diez campus que componen la Universidad de California centrado en las soluciones al cambio climático, de donde saltan un millón de guerreros climáticos, desde ingenieros que mejoren las soluciones tecnológicas a psicólogos o sociólogos que impulsen cambios de conducta”.EFE