Por Caty Arévalo.-
Cerca de 160 países del mundo, responsables de más de 90% de las emisiones mundiales, han remitido a Naciones Unidas sus compromisos de reducción de emisiones para el acuerdo global de lucha contra el cambio climático que se prevé adoptar en diciembre en París, en un ejercicio sin precedentes en los más de 20 años de historia de las negociaciones climáticas.
¿Quienes están?
Todos los principales países emisores: China, Estados Unidos, India, Brasil, Japón, Canadá, Australia, Rusia o los de la Unión Europea presentaron antes de la fecha fijada por la ONU, el pasado 1 de octubre, sus planes de reducción de emisiones o Intended Nationally Determined Contributions (INDCs), como se les denomina en la jerga de las negociaciones climáticas.
Cumplieron el plazo para presentar su contribución países inmersos en severos conflictos, como Zimbabue, Chad, Ucrania o la República Democrática del Congo; y otros que encabezan las listas de pobreza del planeta, como Mozambique, Burundi o Níger.
No han fallado tampoco los más vulnerables a los efectos del calentamiento: las pequeñas islas estado, cuyos compromisos han destacado por su ambición. Las Islas Marshall se han comprometido a ser neutras en emisiones en 2050, y Samoa ha confirmado que el 100% de su electricidad viene ya de fuentes renovables.
Junto a ellos, las contribuciones más ambiciosas son las del pequeño reino del Himalaya, Bután o Costa Rica: que se proponen ser neutros en emisiones en menos de diez años (no emitirán más que lo que sus recursos naturales absorban por sí mismos).
¿Quienes no están (ni se les espera)?
Llama la atención que entre los países que han entregado a tiempo sus compromisos climáticos sólo haya dos de los pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): Argelia y Ecuador, a pesar de que las emisiones de la mayoría de ellos son significativas.
Los países más emisores que no presentaron INDC a tiempo, el 1 de octubre, son, por orden: Bolivia (1,19% de las emisiones), Irán (1,05), Arabia Saudí (1,05%), Sudán (0,94%), Nigeria (0,57%), Egipto (0,56%), Venezuela (0,54%), y Malasia (0,53%).
Los INDC más criticados
Los de Australia, Japón, Canadá, Rusia y Nueva Zelanda. Los think thank y organizaciones que están analizando este proceso han criticado duramente la falta de ambición de estos países ricos y han clamado que sus propuestas deberían sonrojarles respecto a lo que proponen otros extremadamente pobres.
¿Qué dicen los compromisos?
La imposibilidad de alcanzar una guía de elementos comunes que deberían de poseer las contribuciones nacionales en la pasada Cumbre de Lima hace que los textos presentados por los países sean variados, dispares y difíciles de comparar.
Casi todos los países proponen reducir emisiones pero no lo hacen con respecto al mismo año base, que para algunos es 1990, para otros 2005 o 2010. Al mismo tiempo, existen compromisos a 2025, otros a 2030 (el futuro tratado entrará en vigor en 2020) o a años diferentes, y ofertas para reducir las emisiones en su conjunto, o solo las procedentes de la deforestación, en el caso de países muy boscosos.
La mayoría de los INDCs se ponen un objetivo de renovables, proponen planes de adaptación y, en el caso de los ricos, expresan su deseo de contribuir a la financiación para paliar las consecuencias del calentamiento en aquellos más pobres, aunque sin detallar cuánto, exactamente, piensan poner sobre la mesa.
Otros aprovechan su compromiso para pedir dinero a la comunidad internacional, y condicionan sus cumplimientos a la recepción de financiación. México, por ejemplo, dice que reducirá las emisiones un 25% para 2030 respeto a lo que hubiera sido su tendencia normal, pero afirma que elevará la cifra a un 40% si recibe ayuda internacional. India reclama 206.000 millones de dólares entre 2015 y 2030 para poder reducir un 35% sus emisiones en 2030.
¿Qué pasará ahora con las contribuciones?
Expertos del Convenio Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC) las están analizando y presentarán un informe de síntesis contando qué suponen el próximo 30 de octubre en Berlín (Alemania).
Los compromisos se incorporarán al futuro acuerdo de París y supondrán una primera fase de cumplimiento del mismo.
Organizaciones consultadas por EFE que han hecho un seguimiento paralelo, como WWF o el World Resources Institute (WRI) han afirmado que los planes presentados nos sitúan en un aumento de temperatura de entre 3 y 4º para finales de siglo, respecto a los 2 recomendados por los científicos para que las consecuencias del cambio climático no sean catastróficas.
La propia Christiana Figueres, secretaria del UNFCCC ha reconocido ya que los compromisos no sirven para mantenernos en los dos grados.
¿Supone esto que alcanzar ese límite se dé por imposible?
No si el futuro tratado incorpora un mecanismo potente de revisión de compromisos al alza, y las contribuciones que sigan a éstas ponen “más carne en el asador” que las actuales. En definidas cuentas, los analistas coinciden en que si los países quieren, de verdad, no superar el límite de los dos grados están dejando el grueso del trabajo para última hora.
La lista completa de las contribuciones nacionales puede consultarse en este enlace: http://www4.unfccc.int/submissions/indc/Submission%20Pages/submissions.aspx
Estos son los datos más destacados en las contribuciones presentadas hasta el 20 de octubre:
¿Quién promete qué?
– Afganistán: Reducción del 13,6% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Albania: Reducción de emisiones del 11,5% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Argelia: 7% de reducción respecto al ‘business as usual’ en 2030, elevándolo al 22% con ayuda internacional.
– Andorra: Reducción del 37% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Antigua y Barbuda: Se compromete a un desarrollo bajo en carbono sin cifra de reducción específica.
– Argentina: Un 15% de reducción respecto al ‘business as usual’ en 2030, que se elevaría al 30% con ayuda internacional.
– Armenia: Aumentar la cubierta forestal a un 20,1% y lograr la neutralidad en emisiones gracias a sus ecosistemas en 2050.
– Australia: Entre un 26 y un 28% de reducción de emisiones en 2030 respecto a los niveles de 2005. El diseño de las políticas para cumplir este objetivo tendrá lugar entre 2017 y 2018.
– Azerbaiyán: Reducción del 35% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Bangladesh: Recorte del 5% en 2030 respecto al ‘business as usual’ en los sectores energético, transporte e industrial. Aumentaría su objetivo al 15% con apoyo internacional.
– Barbados: Reducción del 44% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Belice: Reducir sus emisiones un 62% respecto al ‘business as usual’ y generar el 85% de su electricidad con fuentes renovables en 2033.
– Benin: Reducción del 3,5% en 2030 respecto al ‘business as usual’, elevándolo a un 21,4% con ayuda internacional. Estima que la adaptación y mitigación le costará 30.000 millones.
– Bielorrusia: Un 28% de reducción de gases de efecto invernadero en 1030 respectoa los niveles de 1990.
– Brasil: Reducción de un 37% en 2025 respecto a los niveles de 2005, y un objetivo indicativo del 43% en 2030.
– Bolivia: Presenta soluciones estructurales y generalizadas al problema del cambio climático, incluyendo la propuesta de un nuevo modelo de civilización.
– Botsuana: Un 10% de reducción de emisiones en 2030 respecto al año 2010, algo que estima que le costará 18.400 millones de dólares.
– Burundi: Reducción de un 3% en 2030 respecto al ‘business as usual’, que podría ser un 20% si recibe ayuda internacional.
– Burkina Faso: Reducción del 7,6% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Buthan: Neutralidad en emisiones y mantener el 60% de su territorio con bosque.
– Cabo Verde: Especificará objetivos de reducción en el sector eléctrico en 2016, facilitar el 100% de acceso a la red en 2017, elevar el porcentaje de renovables un 30% en 2025, y un 100% si recibe ayuda internacional.
– Camboya: Un 27% de reducción respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Camerún: Reducción del 32% en 2035 respecto al ‘business as usual’ si recibe apoyo internacional.
– Canadá: Reducción del 30% de sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 respecto a los niveles de 2005. Disminuir las pérdidas de gas metano en las instalaciones de gas y establecer una regulación para los fertilizantes.
– Chad: Reducción de emisiones en un 18,2% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Chile: Reducción del 30% por unidad del PIB en 2030 respecto a los niveles de 2007, que incrementaría a entre un 35 y un 45% con ayuda internacional.
– China: Poner pico a sus emisiones antes de 2030, un incremento de fuentes de energías no fósiles del 20% en su mix energético para 2030 y una reducción de CO2 por unidad del PIB de entre un 60 y un 65% en 2030 respecto a los niveles de 2005.
– Colombia: Reducción del 20% al respecto al ‘business as usual’ en 2030. Un 30% condicionado al apoyo internacional.
– Comores: Reducción del 84% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Congo: Una reducción del 48% en 2025 y un 55% en 2035 respecto al ‘business as usual’.
– Corea del Sur: Recorte del 37% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Costa de Marfil: Reducción del 28% en 2030 respecto a los niveles de 2012. Elevándolo al 36% con ayuda internacional.
– Costa Rica: recorte del 24,7% en 2030 respecto a los niveles de 2012.
– Dominica: Reducción del 44,7% en 2030 respecto a 2014, condicionado a recibir ayuda internacional.
– Ecuador: Recortar emisiones entre un 20,4 y un 25% respecto al ‘business as usual’ en 2030, entre un 37,5 y un 45,8% con ayuda internacional.
– Estados Unidos: Reducción de entre un 26 y un 28% en 2025 respecto a los niveles de 2005.
– Etiopía: Reducción del 64% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Filipinas: Una reducción del 70% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Gabón: Reducción del 50% en 2025 respecto al ‘business as usual’. El plan incluye la creación de un mercado de carbono y de un fondo verde nacionales.
– Gambia: Reducción del 44,4% en 2025 respecto al ‘business as usual’.
– Ghana: Reducción del 15% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Georgia: Reducción del 15% respecto al ‘business as usual’ en 2030, que puede elevar al 25% con ayuda internacional.
– Granada: Reducción de emisiones de un 30% en 2025 respecto a niveles de 2010, y en un 40% en 2030. Solicita para ello 161 millones de dólares de ayuda a la comunidad internacional.
– Guatemala: Reducción del 11,2% en 2030 respecto a 2005.
– Guayana: Reducción de 52 millones de toneladas de CO2 del sector forestal y energético para 2025.
– Guinea: Reducir emisiones un 13% en 2030 respecto a 1994.
– Guinea Ecuatorial: Reducción del 20% en 2030 respecto a los niveles de 2010.
– Haití: Reducción del 5% en 2030 respecto a los niveles del año 2000.
– Honduras: Reducción de emisiones de un 15% respecto al ‘business as usual’ en 2030 condicionado al apoyo internacional, y plantar un millón de hectáreas de bosque.
– India: Reducir la intensidad de las emisiones por unidad de Producto Interior Bruto entre un 33 % y 35% con respecto a las de 2005, que un 40% de su electricidad proceda de energías renovables y aumentar el tamaño de sus bosques en 2030. Todo ello condicionado a recibir 206.000 millones de dólares entre 2015 y 2030.
– Indonesia: Reducción del 29% respecto al ‘business as usual’ en 2030, que elevaría a un 41% con apoyo internacional.
– Islandia: Se suma al objetivo de la UE, de un 40% de reducción en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Islas Marshall: Reducción del 32& en 2025 respecto a los niveles de 2010 y del 45% en 2030.
– Islas Salomón: Reducir sus emisiones un 50% en 2050.
– Israel: Reducción del 26% en 2030 respecto a 2005.
– Japón: Reducción del 26% en 2030 respecto a los niveles de 2013.
– Jordania: Reducir emisiones un 1,5% respecto al ‘business as usual’ en 2030, aumentando la ambición a un 20% con ayuda internacional.
– Kazajistán: Reducción de un 15% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Kenia: Una reducción del 30% en 2030 respecto al ‘business as usual’, y esfuerzos importantes en adaptación a los impactos del cambio climático.
– Kiribati: Reducción de un 12,8% en 2030 respecto al ‘business as usual’, elevándose a un 49% con ayuda internacional.
– Kirguistán: Entre un 11,49 y un 13,75% de reducción en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Lesoto: 10% de reducción respecto al ‘business as usual’ en 2030, y un 30% con apoyo internacional.
– Liechtenstein: Reducción del 40% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Líbano: Reducción de un 15% respecto al ‘business as usual’ en 2030. Un 30% con ayuda internacional.
– Liberia: Reducción de un 15% respecto al ‘business as usual’ respecto a 2030 si recibe ayuda internacional.
– Macedonia: Reducción del 30% en 2030 respecto al ‘business as usual’, aumentando la cifra al 36% con apoyo internacional.
– Madagascar: Recorte respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Malawi: Pasar de emitir 1,4 toneladas de CO2 per cápita respecto al 1,5 del ‘business as usual’.
– Maldivas: Un 10% de reducción en 2030 respecto al ‘business as usual’, que se elevaría a un 24% con ayuda internacional.
– Mali: Reducción de emisiones de la agricultura en un 29%, del sector energético en un 31%, del cambio de uso de la teirra en un 21% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Marruecos: Un 35% de recorte de emisiones en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Mauritania: Un 22,3% de reducción de emisiones en 2030 respecto al ‘business as usual’. Estima que la adaptación y mitigación le costará 17.600 millones de dólares.
– México: Poner pico a sus emisiones en 2016, una reducción del 25% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Moldavia: Una reducción de emisiones de entre un 64 y un 67% en 2030 respecto a los niveles de 1990. Elevaría su objetivo al 78% cib 5.100 millones de apoyo internacional.
– Mónaco: Reducción del 50% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Mongolia: Un 14% de reducción respecto al ‘business as usual’ en 2030 en sus emisiones total, excluyendo aquellas derivadas del cambio de uso de la tierra y del sector forestal.
– Montenegro: Reducción del 30% en 2030 comparado con el año base 1990. Planea conseguir su objetivo mediante eficiencia energética, mejora de las tecnologías industriales y con más renovables.
– Mozambique: Recortar sus emisiones en 76,5 millones toneladas de CO2 equivalentes entre 2020 y 2030.
– Myanmar: Incrementar la superficie boscosa en un 30% en 2030, lograr que un 38% de la electricidad venga de energía hidroeléctrica, aumentar en un 20% la eficiencia energética, todo ello sujeto al apoyo internacional. Afirma no tener datos lo suficientemente fiables para fijar un objetivo de reducción de emisiones.
– Namibia: Un 89% de reducción de emisiones en 2030 respecto al ‘business as usual’, principalmente evitando deforestación. Reclama 33.000 millones a la comunidad internacional para cumplir este objetivo.
– Níger: Una reducción del 3,5% en 2030 respecto al ‘business as usual’ que se elevaría al 34,6 con apoyo internacional.
– Noruega: Un 40% de reducción en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Nueva Zelanda: Reducción del 30% en 2030 respecto a los niveles de 2005, equivalente a una reducción del 11% respecto a los niveles de 1990.
– Paraguay: Reducir emisiones un 10% respecto al ‘business as usual’ en 2030 y un 20% si recibe ayuda internacional.
– Papúa Nueva Guinea: Frenar la deforestación, incrementar su capacidad hidroeléctrica y en renovables.
– Perú: Reducción de emisiones del 20% respecto al ‘business as usual’ en 2030, elevándolo a un 30% con apoyo internacional.
– República Centroafricana: Reducción del 5% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– República Democrática del Congo: 17% de reducción en 2030 respecto a los niveles del año 2000 condicionado a la recepción de 21.000 millones.
– República Dominicana: 25% de reducción en 2030 respecto a los niveles de 2010, condicionado a la recepción de financiación climática.
– República Mauricio: Una reducción del 30% en 2030 respecto al ‘business as usual’ sujeto al apoyo internacional.
– Ruanda: Necesitará 24.000 millones para reducir las emisiones de agricultura y sistema eléctrico.
– Rusia: Reducción de entre un 25 y un 30% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Serbia: Reducción del 9,8% en 2030 respecto a los niveles de 1990. En realidad supone un aumento de emisiones del 15,3% en tanto que Serbia ya ha reducido sus emisiones un 25% respecto al año base, en el que todavía tenía una potente industria pesada de la era soviética.
– Singapur: Poner pico a las emisiones en 2030 y recortar las emisiones de carbono por unidad del PIB un 36% en 2030 respecto a los niveles de 2005.
– Sudáfrica: Poner pico a sus emisiones en 2030. Reclama 53.000 millones para adaptación a los impactos del cambio climático.
– San Marino: Reducción del 20% en 2030 respecto a niveles de 2005.
– Santo Tomé y Príncipe: Reducción del 24% en 2030 respecto a 2005.
– Samoa: Generar el 100% de su electricidad de fuentes renovables en 2017.
– Seychelles: Recorte de un 29% respecto al ‘business as usual’ en 2030, estima que le costará 309 millones.
– Senegal: Reducción del 6% respecto en 2030 al ‘business as usual’, elevándose a un 31% con ayuda internacional.
– Sierra Leona: Mantener sus emisiones “relativamente bajas” en 2035 si recibe 900 millones de dólares de apoyo.
– Suazilandia: Doblar la producción de renovables en 2030 respecto a los niveles de 2010. Presentar un plan de reducción de emisiones con un objetivo específico en 2020.
– Suiza: Un 50% de reducción en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Tanzania: Reducción de entre un 10 y un 20% respecto al ‘business as usual respecto a los niveles de 2030.
– Tailandia: Un recorte del 20% respecto al ‘business as usual’ en 2030, que se elevaría al 25% con apoyo internacional.
– Tayiquistán: Una reducción de entre un 10-20% en 2030 respecto a 1990. Si recibe ayuda internacional elevaría el porcentaje al 45%.
– Togo: Reducción del 11.14% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Trinidad y Tobago: Reducción del 15% en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Túnez: Reducción del 13% en intensidad de carbono en 2030 respecto a niveles de 2010. Eleva el objetivo al 41% con ayuda internacional.
– Turquía: Un 21% de reducción respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Turkmenistán: Mantener las emisiones en 2030 al nivel que las tenía en 2015.
– Togo: Una reducción del 11% respecto al ‘business as usual’ en 2030, elevando el objetivo a un 31% con ayuda internacional.
– Trinidad y Tobago: Un 15% de reducción en 2030 respecto al ‘business as usual’ en tres sectores: transporte, generación eléctrica e industria pesada.
– Uganda: 22% de reducción en 2030 respecto al ‘business as usual’.
– Unión Europea: Al menos una reducción de un 40% en 2030 respecto a los niveles de 1990.
– Ucrania: Las emisiones no serán más de un 60% superiores en 2030 respecto a 1990. Se compromete a revisar su compromiso cuando recupere la integridad territorial.
– Uruguay: Reducción de un 25% de CO2 por unidad del PIC en 2030 respecto a niveles de 1990 en el sector energético, o hasta un 40% con ayuda internacional.
– Vanuatu: Reducción de emisiones en el sector energético de un 30% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Vietnam: Una reducción del 8% por debajo del ‘business as usual’ en 2030, que se elevaría al 25% con apoyo internacional.
– Yibuti: Reducción del 40% respecto al ‘business as usual’ en 2030 con recursos internos. Aumentaría la cifra un 20% con ayuda internacional. Se compromete a tomar medidas para adaptarse a la escasez creciente de agua.
– Zambia: Reducción de emisiones de un 25% respecto al ‘business as usual’ en 2030.
– Zimbabue: Mantener las emisiones per cápita del sector energético un 33% menores respecto al ‘business as usual’ en 2030.
Fuente: Naciones Unidas