Por Mercedes Salas.- El sector español de la pesca considera que las mejoras de los caladeros y el problema de las basuras marinas, respectivamente, son los principales avances y retrocesos en la gestión de los mares en los últimos diez años.
La pesca tiene protagonismo dentro de la celebración, este martes, del Día Mundial de los Océanos, que este año tiene como lema “El océano: vida y medio de subsistencia”, para reivindicar su importancia económica pues, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el mar será el sustento de 40 millones de trabajadores en 2030.
Niveles biológicos y caladeros sostenibles
El secretario general de la patronal española de armadores Cepesca, Javier Garat, declara a Efeagro que en la última década ha crecido el número de poblaciones explotadas con rendimiento máximo sostenible (RMS), es decir, a niveles biológicos seguros.
Actualmente han alcanzado ese nivel el 62 % de las 99 pesquerías gestionadas por la Unión Europea (UE), una mejora que se percibe sobre todo en el Atlántico nordeste, señala Garat, aludiendo a datos de la Comisión Europea (CE).
Añade que gracias a la reducción de la flota y a los “sacrificios” de los pescadores, “tenemos un 52 % más de peces que en 2010”.
Pero de acuerdo con la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un tercio de los caladeros mundiales están sobreexplotados.
Garat, presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras, defiende seguir trabajando para conseguir el cien por cien de caladeros en situación “sostenible”, pero sin “invenciones” políticas que criminalicen al sector.
Caladeros del Mediterráneo en “estado delicado”
La flota española está compuesta por 8.839 buques (2020), de los que 8.544 faenan en el caladero nacional, 104 en aguas de la Unión Europea (UE) y 191 en otros caladeros internacionales, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
La pesca marítima genera una facturación de 33.143 millones de euros anuales y 31.900 puestos de trabajo en España, según datos del MAPA correspondientes a 2019.
Las especies del Atlántico están en mejor situación, pero los caladeros del Mediterráneo se encuentran en un estado más delicado, con la excepción del atún rojo, ejemplo de abundancia.
El responsable de pesquerías de WWF en España, Raúl García, admite que en el Atlántico y en el Pacífico norte ha mejorado la gestión de pesquerías y que en la última década se ha avanzado en el conocimiento científico.
Incluso señala que los planes de acción dentro de la Comisión General de Pesquerías del Mediterráneo de la ONU han sido un paso importante.
Sin embargo, WWF opina que en la gobernanza internacional de los mares la UE está “perdiendo fuelle” frente a otros socios.
Por ejemplo, apunta que en la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat, en sus siglas en inglés) o en las negociaciones que deciden la pesquería de atunes tropicales en el Índico “no se está reaccionando a tiempo” ante el empeoramiento de caladeros.
La contaminación marina
El secretario general de Cepesca lamenta que en los últimos diez años haya incrementado el problema de las basuras marinas y de la contaminación por plástico, pues el sector “las sufre”; menciona a ese respecto actuaciones de barcos para transformar y reciclar desechos, que contribuyan a la economía circular.
El responsable de pesquerías de WWF afirma que es evidente que la pesca debe ser sostenible, pero habría que “poner orden en todos los sectores” económicos.
“No hay más que ver los plásticos de la agricultura que sacan los pescadores de Almería y Granada o la situación de los pescadores artesanales del Mar Menor”, apunta.
La gestión de los ríos que llegan contaminados a su desembocadura o con poca agua es, para WWF, un problema para la flota, más medible en el golfo de Cádiz o en el río Ebro.
Incrementar las zonas marinas protegidas
García considera que se abre una gran oportunidad tanto por la Estrategia Biodiversidad de la CE, que pretende incrementar las zonas marinas protegidas, como por los fondos de la UE para la recuperación poscoronavirus, pero deben emplearse para proteger los océanos “no solo de la pesca, sino de otras amenazas”.
En la lucha contra el cambio climático, voces del sector aseguran que una dieta con pescado es sostenible y deja menos huella climática que la alimentación con otras proteínas, como la carne, de acuerdo con el experto en Pesca de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Ernesto Penas.
En la misma línea, el Consejo de Productos del Mar de Noruega recuerda que el pescado y el marisco constituyen solo el dos por ciento de la ingesta calórica global. EFEverde