Los resultados de un estudio de la Estación Biológica de Doñana sobre la tupaya de montaña, una especie endémica de la isla de Borneo, han puesto en duda la validez de algunas reglas ecológicas del siglo XIX que predicen que los individuos de una especie son más grandes y tienen apéndices más cortos en entornos más fríos.
Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana ha analizado cómo cambia el tamaño del cuerpo y la longitud de las extremidades de las tupayas de montaña según la altitud en la que viven y a lo largo del tiempo.
La influencia de un clima más frío
Según ha comunicado CSIS, los resultados han puesto en duda la validez de algunas reglas ecológicas del siglo XIX, como la regla de Bergmann y Allen, que predicen que los individuos de una especie son más grandes y tienen apéndices más cortos en entornos más fríos.
Este tipo de estudios han proporcionado información importante de cómo la fauna de alta montaña podría reaccionar ante escenarios futuros.
La investigación se ha realizado con más de 200 tupayas de montaña.
La altura donde se capturaron estos ejemplares ha variado desde algo más de 800 metros sobre el nivel del mar hasta más de 3.300, para estudiar las diferencias que existían entre sus características morfológicas.
“El tamaño del cuerpo y del cráneo de las tupayas disminuyó con la altura, pero luego aumentó a partir de los 2.000 metros”, ha explicado Arlo Hinckley, primer autor del estudio.
“Esto mostraría que la variación morfológica de las tupayas está siguiendo un patrón distinto al predicho por la regla de Bergmann.”
Esta teoría, formulada en 1847, establece que los individuos de una especie endotérmica (de sangre caliente) son más grandes cuanto menor es la temperatura media del lugar donde viven.
Los resultados de este estudio también han cuestionado, en parte, la regla de Allen, postulada en 1877, que predice que las poblaciones de especies endotérmicas que viven en lugares más cálidos tienen extremidades más largas, un mecanismo para aumentar la disipación del calor.
La importancia de la dieta o la depredación
Los resultados han indicado que la longitud de la cola se reducía con la elevación, algo que coincidía con lo postulado por Allen. Sin embargo, la del pie aumentaba y la de la oreja no cambiaba.
“Estos datos, junto con cambios en determinadas características relacionados presumiblemente con la dieta, sugieren que quizás la temperatura suponga una presión selectiva menos importante en la variación de la morfología de mamíferos en estas latitudes que otros factores, como podrían ser la dieta, la presión por depredación y la competencia con individuos de la misma especie o de otra”, explica Hinckley.
Sin embargo, los cráneos sí que parecen haber adquirido una mayor anchura zigomática (relacionada con la mordida), posiblemente por una adaptación a una nueva dieta, asociada a un cambio en la disponibilidad de recursos alimenticios.
La importancia de realizar estudios de campo es que estiman los cambios en la morfología de mamíferos de montaña del sudeste asiático.
Este de tipo de estudios son necesarios ya que podrían aportar nuevos resultados o puntos de vista al abordar otro tipo de hábitats menos estudiados, como los tropicales. EFEverde