La ciudad de Valencia trabaja en una nueva ordenanza contra el mosquito tigre y en especial para inspeccionar y sancionar a los propietarios de espacios privados, en los que se concentra entre el 70 y el 80 % de los focos de este insecto, que no los mantengan en condiciones adecuadas para evitar su proliferación.
La concejala del ramo, Maite Girau, confía en que las directrices estén operativas en 2018, aunque el texto se encuentra en fase de borrador, a la espera de las aportaciones de técnicos de diferentes servicios municipales y la exposición pública.
El mosquito tigre llegó a Valencia en 2015 y desde entonces, el Ayuntamiento ha tratado de frenar su proliferación con innovadores tratamientos de pinturas repelentes en los imbornales, además de con campañas de concienciación.
La concejala asegura a Efe de que “erradicarlo no es posible pero hay que mantenerlo bajo control y actuar desde el ámbito público con toda la responsabilidad“.

Y dice que si el Ayuntamiento “hace sus deberes”, implicando a servicios como Sanidad, Urbanismo, Parques y Jardines y Ciclo Integral del Agua, también deben hacerlo los ciudadanos.
En el texto, además de regular la información que se da a los ciudadanos se incluye sus obligaciones y se dirigirá especialmente a los talleres que acumulan neumáticos en exteriores, tiendas de jardinería, empresas de construcción con espacios al aire libre, cementerios y comunidades de propietarios.
También a las piscinas exteriores o jardines con charcas o balsas, granjas con bebederos exteriores para animales e incluso a los comederos que los vecinos “con buena voluntad” ponen para animales callejeros pero que, en caso de lluvia, son recipientes “que pueden suponer un riesgo”.
Girau explica que aunque primero se apostó por campañas informativas ahora se va a recoger la experiencia de otras ciudades como Sant Cugat (Barcelona) o Castellón para “abordar una ordenanza que dé una respuesta más integral y completa para regular cuestiones de información, obligación y sanción“.

“Hablamos de salud pública“, incide la edil, que advierte que si se acumula agua en espacios privados, se convierten en nido de larvas que maduran y “los mosquitos adultos pueden circular de manera libre por toda la ciudad y crear problemas importantes en zonas públicas como parques, jardines y fuentes“.
Con datos de finales de agosto facilitados a EFE por Lokímica, la empresa encargada del control de plagas, en Valencia ha habido casi un centenar de avisos confirmados de mosquito tigre tanto a través de la plataforma ciudadana “Mosquito alert” como por el servicio telefónico 010 del Ayuntamiento.
El biólogo delegado de València de Lokímica, Ricardo Acosta, aseguró a Efe de que el mosquito tigre “está en proceso de expansión en València y ha de estabilizarse en unos años”.
Advierte de que la condiciones climatológicas están siendo “excepcionales”, con temperaturas altas desde mayo hasta ahora, “que dan mucho tiempo al mosquito para criar”, incluso “varias veces”. Efeverde
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