EFEverde.- Olvidar en la nevera, el congelador o la despensa los productos que se compraron hasta que vence su fecha de caducidad o se estropean es la principal razón del desperdicio alimentario en España, según un estudio publicado hoy y elaborado por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC).
El 'perfil' del derrochador español es una persona de entre 25 y 34 años que vive en un hogar unifamiliar, según el Estudio sobre Hábitos de Aprovechamiento de Alimentación en los Españoles que recoge la autopercepción de los consumidores, un 65 % de los cuales cree que desperdicia mayor cantidad que los de la media de los países desarrollados.
Sin embargo, los datos de la Comisión Europea indican que España figura en séptimo lugar de la UE y desciende "mucho más" si se tiene en cuenta a todos los países desarrollados.
Siete de cada diez consumidores afirma que desecha comida porque, cuando quieren consumirlos, los productos guardados han caducado, se han estropeado o "no resultan del todo fiables" por llevar mucho tiempo congelados.
Un 5 % de la población asegura tirar "grandes cantidades de alimentos" y sólo el 15 % dice no desperdiciar ninguno de los productos que adquiere para su consumo.
Además, uno de cada cuatro españoles cree que "no merece la pena guardar" los alimentos que tira; en total los hogares españoles desechan 2,9 millones de toneladas cada año.
Frutas, las más desperdiciadas
Según el informe de AECOC, frutas, vegetales, pan y comidas preparadas son los alimentos más desperdiciados, seguidos por carnes, lácteos y pescados.
El principal motivo para desechar las frutas es el aspecto (73 %) y el deterioro real (69 %); en el caso del pan, porque está seco o bien porque sobra un poco tras el almuerzo (50%); en las comidas preparadas, la razón es también que sobra poca cantidad (31 %) y, en el de carnes y pescados, el olor (45 %).
Los alimentos menos derrochados son las bebidas como los zumos, los refrescos y el vino (26 %), los huevos (28 %) y los aperitivos salados como patatas y aceitunas (28 %).
Por comunidades autónomas, Andalucía y las Islas Canarias son la regiones donde más alimentos se despedician, mientras que la Comunidad Valenciana y Madrid son las que mejor los aprovechan.
Confusión en el etiquetado
El documento también alerta de la confusión de los consumidores entre la fecha de caducidad -limitación que indica la fecha de consumo máximo, pasada la cual el producto no está en condiciones- y la fecha de consumo preferente -recomendación que indica la fecha de consumo máximo en óptimas condiciones, pasada la cual el producto sigue siendo comestible aunque haya perdido algunas propiedades-.
Así, un 71 % acepta que una vez pasada la fecha de caducidad ya no es seguro ingerir el producto pero un 17 % afirma hacerlo de todos modos, mientras que un 9 % cree que una vez pasada la fecha de consumo preferente ya no es seguro consumir el producto y el 5 % decide desecharlo.
De todas formas, es el consumidor quien toma la decisión "basándose en sus propias exploraciones físicas y organolépticas del producto, en especial el aspecto, olor y sabor".
Cinco perfiles de consumidor
Finalmente, el estudio reconoce 5 perfiles de consumidor, entre los cuales el grupo más numeroso (un 32 %) lo forman los "reaprovechadores", que antes de tirar cualquier alimento a la basura hacen todo lo posible por sacarle el mayor provecho.
Otros tipos son los "foodwaste generators" (21 %), completamente conscientes de que tiran demasiada comida a la basura; los "busca caprichos" (16 %), que no planifican la compra así que son fácilmente influenciables por descuentos y promociones; los "eco-friendly" (16 %), preocupados por el consumo de productos locales; y los "price-driven" (16 %), entre los que el precio es el factor decisivo para realizar la compra. EFE
