Analizar mensualmente la presencia de metales como cobre, plomo, zinc o hierro en la laguna del Mar Menor y estudiar cómo sus concentraciones se ven afectadas por eventos singulares como lluvias torrenciales, fuertes vientos o floraciones masivas de algas es el objetivo de un proyecto encabezado Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) que comienza este martes.
El proyecto se llama SEE-ME y en él colaboran el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC), el Laboratorio de Ciencias Ambientales Marinas del CNRS francés y el Instituto Nacional de Investigaciones Científicas de Quebec, Canadá.
Tal y como explica el IEO en un comunicado, las áreas costeras como la de Murcia son ambientes sensibles sujetos a una gran presión antropogénica a causa de la densidad de población e industria que suelen soportar, y entre esas presiones se cuenta la contaminación por metales, una preocupación prioritaria debido a los efectos adversos que pueden producir en los ecosistemas.
En lagunas costeras, al ser sistemas poco profundos con un intercambio reducido con el mar, las concentraciones de metales pueden ser uno o dos órdenes de magnitud más altas que en aguas abiertas; además, estos sistemas son muy dinámicos y están sujetos a variaciones fisico-químicas que pueden alterar el ciclo biogeoquímico de los metales con rapidez.
[box type=”shadow” ]El objetivo general del proyecto es estudiar cómo el ciclo biogeoquímico de los metales en el agua se ve influenciado por eventos ambientales singulares como lluvias torrenciales, resuspensión de sedimentos después de fuertes vientos o floraciones de algas y eventos de eutrofización, y cómo todo esto afecta a la incorporación de los metales por las microalgas y a lo largo de toda la cadena trófica.[/box]“El Mar Menor ha sido elegido como área de estudio por ser un sistema de gran valor ecológico afectado antropogénicamente”, explica Juan Santos, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo del IEO y corresponsable del proyecto.
“Recibe aguas contaminadas de la antigua zona minera, especialmente durante eventos de lluvia; son frecuentes la resuspensión de sedimentos enriquecidos con metales por vientos fuertes, y presenta frecuentes eventos de eutrofización”, añade el científico.
Muestreo de campo y trabajo de laboratorio
El trabajo propuesto combina un muestreo intensivo de campo, que se repetirá mensualmente, con trabajo analítico de laboratorio, lo cual “permitirá, por un lado, establecer el ciclo estacional de los metales y observar su alteración por eventos ambientales singulares y, por otro, estudiar la bioacumulación de dichos metales a lo largo de la cadena trófica, tanto con muestras naturales como en disoluciones sintéticas en laboratorio”, explica Paula Sánchez, investigadora del IEO.
Los primeros muestreos del proyecto se llevarán a cabo hoy y mañana, para lo que se recogerán muestras de agua y sedimento en varios puntos de la laguna que serán trasladadas al laboratorio, donde se llevará a cabo un pretratamiento antes de ser analizadas.
Además de los metales, se medirán otra serie de variables fisicoquímicas como la temperatura, pH y salinidad del agua, la turbidez, la clorofila o la materia orgánica, tanto en la fracción disuelta como en la particulada.
El proyecto SEE-ME, financiado en la convocatoria 2019 de Ayudas a «Proyectos de I+D+i» en el marco del Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad, contribuirá a ampliar el conocimiento sobre el comportamiento de los metales en las áreas costeras y establecer cuáles son las concentraciones de metales que pueden tolerarse sin representar un riesgo excesivo para el medio ambiente.
Además, estos resultados serán extrapolados a otros sistemas de lagunas costeras del mundo con características similares a las del Mar Menor. EFEverde.