Los instrumentos del grupo de científicos norteamericanos y alemanes del proyecto High Lakes registraron en el Altiplano boliviano los mayores índices de radiación ultravioleta jamás medidos por el hombr
En realidad su objetivo era otro, estudiar las analogías entre algunos lugares de la Tierra y el hábitat que pudo haber en un joven planeta Marte para valorar si fue posible la vida en el planeta rojo. También buscaban mejorar las estrategias para que los vehículos tipo “rover” que la NASA envía allí se desenvuelvan en ese hostil entorno. Pero los instrumentos del grupo de científicos norteamericanos y alemanes del proyecto High Lakes registraron en el Altiplano boliviano los mayores índices de radiación ultravioleta jamás medidos por el hombre. Fue en diciembre de 2003 y los dosímetros instalados en la cumbre del volcán Licancabur (5.917 metros de altitud) y la Laguna Blanca (situada a 4.340 m) registraron un índice de 43, cuando ya 11 es considerado extremo y 9 es lo que podríamos ver en verano en playas donde la protección solar se hace imprescindible. La investigación se publica en el último número de Frontiers in Enviromental Science
Lo que llamó la atención de los científicos es el hecho de que pudieran llegar a medir esos niveles, “no en la Antártida, donde el agujero de la capa de ozono ha sido un problema recurrente desde hace décadas, sino en áreas habitadas. Esta exposición provoca alteraciones en el ADN, cataratas y cáncer. Sólo unas pocas especies muy seleccionadas pueden vivir allí, Apenas unas personas habitan en las zonas más altas, pero al nivel de nuestra estación de medición situada a la menor altitud existen pequeñas poblaciones. La agricultura o el alpinismo te exponen a esos altísimos índices de rayos ultravioleta. Habría que monitorizar esas zonas porque la población se expone a un gran riesgo”, asegura a EFE Futuro, Nathalie A. Cabrol, investigadora de la NASA y del instituto SETI para la búsqueda de vida extraterrestre y uno de los autores del artículo. La fotosíntesis de las plantas, la inviabilidad de huevos y larvas… bajo ese sol abrasador la vida es difícil que se abra paso.
Sin precedentes
. Pero, en cualquier caso, aquella medición histórica fue tan alta debido un cúmulo de circunstancias que se aliaron para reventar los dosímetros de radiación. Los investigadores no tienen una explicación certera y completa, pero saben que “aquellos días tuvieron lugar erupciones solares a la vez que la capa de ozono no hizo bien su función. Además, se produjeron importantes incendios en el Amazonas y esas reacciones químicas pudieron alterar el ozono. Así que pudo haber cierta contribución humana a los picos que medimos. Aquel fue el récord absoluto de radiación ultravioleta, pero esa área de la Tierra tiende a registrar niveles muy altos. En 2009, no muy lejos de allí, el índice ultravioleta alcanzó 29. Sin embargo, hasta que no se sitúen estaciones de medición en distintos puntos del planeta no podremos saber si este rincón de Bolivia –a 2.400 km del Ecuador- es el que registra los niveles más altos. Nos tropezamos con ello porque instalamos dosímetros, pero no tenemos todas las respuestas, sólo estábamos allí porque los índices UV elevados es una analogía clave con el entorno de planeta Marte cuando pudo alojar vida y eso es lo que queríamos estudiar”, añade Cabrol.
Por su parte, David Black, presidente del SETI, ha declarado que “éste es un excelente ejemplo de cómo la astrobiología –que implica comprender la atmósfera de otros planetas- también puede estar relacionada a circunstancias actuales aquí en la Tierra”.