Marino de la Armada española y apasionado de los perros, Manuel Calvo Villena, decidió abandonar el mar para dedicarse a concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la tenencia responsable de estos animales, y para lograr un impacto mayor se lanzó a estudiar la raza groenlandesa del Ártico.
Hijo, nieto, bisnieto de marinos, Calvo Villena ha concluido la tercera edición del Desafío Ártico acompañado de su hijo Manuel, de 17 años, con el que ha viajado por el norte de Groenlandia, región autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca.
Concienciar sobre el impacto en los perros groenlandeses
En esta zona congelada del planeta, este malagueño, también amante del mar, los deportes asociados a él y buceador, ha realizado un censo de los perros groenlandeses que conviven desde siempre con los inuit, para estudiar el impacto del cambio climático sobre su población y la pérdida de ejemplares que esto está provocando.
Calvo Villena a tomado durante el viaje más de 10.000 fotos con las que elaborará el material didáctico para transmitir su pasión por los perros y la importancia de su cuidado a los jóvenes en los centros escolares en los que realiza las campañas de concienciación.
Pasión por los perros

La pasión por los perros le viene desde niño y sus primeros recuerdos están asociados a ellos.
“La primera imagen que me viene a la memoria es la de mi padre con un perro de agua español en el puente (del barco)”, ha dicho el marinero, que ha asegurado haber llegado a convivir hasta con 16 canes en su casa.
“La convivencia con los perros me dan la vida y te permite transmitir valores a los niños para su crecimiento”, de ahí que su hijo le acompañara por primera vez en esta expedición, lo que le ha convertido en el aventurero más joven de España.
“Los inuit utilizan los perros para desplazarse por el hielo, pero el mar polar está cada vez menos tiempo congelado y el hielo es cada vez más fino. No tiene sentido entonces tener muchos perros, por lo que cada vez crían menos”, ha explicado a Efe Calvo Villena.
En los lugares visitados, han confirmado que viven más perros que personas, en una proporción de 1.420 perros por 1.210 personas, por lo que corresponde a 1,17 perros por habitante, pero cada vez hay menos.
Convivencia con los inuit

En esta aventura, padre e hijo no han ido solos, les han acompañado dos inuit: Josep Manumina, de 73 años, y Storm Okak, de 54 años, con quienes han recorrido más de 400 kilómetros, durante más de 20 días entendiéndose a base de signos con el primero y en un escaso inglés con el segundo.
Sin embargo, la pérdida de perros no es la única consecuencia del cambio climático, el glaciar Qunu sur, en el norte de la isla, ha perdido un kilómetro de nieve, ha asegurado Calvo Villena.
Y además, “hemos visto cómo las orcas que antes no subían a zonas árticas por la temperatura del agua, se están convirtiendo en amenazas naturales para especies emblemáticas del Ártico como la beluga o el narval”, ha manifestado.
Para la próxima edición de “Desafío Ártico”, que ya están preparando, el aventurero malagueño ha asegurado que le gustaría viajar con un “buen número de adolescentes”.
“Queremos concienciar a los jóvenes sobre los efectos del cambio climático, cómo nos afecta a todos, estamos aquí y pensamos que no nos afecta, pero nos afecta y mucho”, ha dicho.
El aventurero más joven

A Manuel hijo le ha impresionado sobre todo el paisaje, las bajas temperaturas -que llegan a entre -20 y -32 grados-, y la convivencia con los inuit, quienes “se tratan sin ninguna diferencia entre ellos”.
Piensa repetir la experiencia “porque desde el primer año ya quise acompañar a mi padre”, ha asegurado, y ha añadido que los deportes de agua y el amor por los perros le “vienen” de su padre.
Los aventureros han recorrido Qaanaaq, Bowdoin Fiord, Humboldt Glaciar, Josephine Peary Island, Qeqertat, Savissiavik, Kangeq, Qeqertarssuaq, Neqe y Siorapaluk, además del mayor glaciar del hemisferio norte, el Eisfiord, ubicado en la bahía de Disko.
Durante el recorrido han llegado a refugios, pero también a casas de inuit, porque “son muy hospitalarios”, ha reconocido el joven malagueño, quien sin embargo no pudo tener contacto con los jóvenes lugareños porque no hablan inglés. Efeverde
Debe estar conectado para enviar un comentario.