Madrid (EFEverde).- Los empleados de una firma de cosmética recibieron esta mañana a sus clientes en la mayoría de las capitales europeas con los cuerpos pintados con los dibujos de criaturas marinas sobre fondo negro para hacer un llamamiento a los ministros de pesca a que prohíban la pesca de arrastre de fondo en aguas profundas.
La llamativa acción, que también tuvo lugar en la céntrica tienda de la firma Lush en la madrileña calle de Fuencarral, supone un esfuerzo compartido por una de las empresas más comprometidas con el respecto al medio ambiente y el desarrollo humano, y la ONG de protección marina, Bloom, por denunciar este tipo de “pesca tan destructiva con los océanos”.
Tal y como recuerda Gloria Pavía, portavoz de comunicación de Lush en España, “la pesca de arrastre utiliza redes para llevarse por delante todo lo que hay en el fondo marino, desde especies en peligro de extinción a corales o esponjas milenarias”.
Las profundidades oceánicas suponen el ecosistema de mayor tamaño del planeta, rebosan de vida marina única, con un gran número de especies todavía desconocidas para la ciencia, de ahí, incide Pavía, que la pesca de arrastre en aguas profundas “sea tan nociva, porque además entre el 80% y el 90% de lo que se recoge se descarta”.
“Arrastran colosales redes lastradas, fijadas a cables y a placas de acero de más de dos toneladas cada una, por el fondo del océano para capturar una cantidad ínfima de pesca de poco valor”.
En estos momentos los Ministros de Pesca de la Unión Europea están debatiendo la reforma de la normativa pesquera en aguas profundas comunitarias y tienen en la mesa una propuesta para prohibir la pesca de arrastre de fondo en aguas profundas.
La acción de hoy, promovida por Lush y Bloom, pretende poner un granito de arena para que esa prohibición llegue a buen puerto “y se libre a los océanos de una destrucción gratuita”.
Pavía ha recordado también que la pesca de arrastre en aguas profundas precisa grandes cantidades de combustible, depende de las subvenciones y no proporciona a la sociedad ningún resultado económico positivo.
En la acción de Madrid, la blogera y maquilladora Silvia Quirós ha pintado de negro el cuerpo de Juan García, empleado de Lush, en referencia a la oscuridad de los fondos marinos, y sobre esta base le ha dibujado una medusa aglantha, una de las criaturas que habitan en estas profundidades.
La especie marina que los empleados de Lush han llevado hoy en sus pechos o sus espaldas ha variado según estuvieran en Lisboa, Roma o Berlín, ya que los organizadores escogieron una criatura diferente para cada capital.
Pavía aseguró que la reacción de los clientes que esta mañana se acercaron a comprar sus cosméticos de comercio justo en Madrid fue “muy positiva y comprometida”, y ha recordado que, al igual que llevan haciendo desde 2007, ha habido muchas personas que han comprado su crema hidratante “Charity Pot” cuyos beneficios van enteramente a iniciativas ambientales.EFE
cam